DÍA 25 - Unidos... proclamamos el
mensaje evangélico
Isaías 61, 1-4
Me ha enviado a dar la buena noticia a los pobres
Salmo 145, 1-7
Por generaciones se ensalzarán tus obras
1 Corintios 15,
1-8
Os transmití lo que yo mismo había recibido
Lucas 4, 14-21
Este pasaje de la Escritura se ha cumplido hoy mismo
en vuestra presencia
Tres puntos para la reflexión
Juntos
proclamamos de nuevo la buena noticia profetizada por Isaías, cumplida en Jesús
Nuestro Señor, predicada por el apóstol Pablo, y recibida por la Iglesia.
Haciendo frente con honestidad a las diferencias que tenemos y a las etiquetas
de cada denominación, nunca debemos perder de vista el mandato común que hemos
recibido de proclamar el evangelio de Jesucristo.
Pablo
es enviado a proclamar el evangelio, “sin alardes de humana elocuencia, para
que no quede anulada la eficacia de la cruz de Cristo” (1 Co 1, 17). El camino
hacia la unidad se encuentra en el poder de la cruz.
El
Evangelio que proclamamos se hace tangible y relevante para nosotros cuando
somos testigos de la obra de Jesucristo en nuestras propias vidas y en la vida
de la comunidad cristiana.
Preguntas
¿De
qué manera el “evangelio” que has recibido está ligado a su transmisión
cultural e histórica?
¿Ha
sido eso un obstáculo para la unidad?
¿Cómo
podría una mayor unidad en Cristo hacernos mejores testigos del Evangelio que
hemos recibido?
Oración
Dios
de clemencia, nos enviaste a tu Hijo Jesucristo en el poder del Espíritu Santo
para redimir a tu pueblo. Únenos en nuestra diversidad, para que podamos
afirmar y proclamar juntos la buena noticia de la vida, muerte y resurrección
de Cristo para un mundo necesitado de su evangelio. Amén.
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