Omella con el Papa |
El obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño, Juan José Omella, ha defendido que Europa debe tomar en "serio" la inmigración, que "no se soluciona con el cierre hermético de las fronteras", porque, por ejemplo, "desgarra el corazón ver saltar la valla" de Ceuta y Melilla a tierra española.
"La inmigración es uno de los temas más dolorosos que tenemos en España y en Europa, y se me encoge el corazón cada vez que veo a inmigrantes saltando la valla, quienes, cuando llegan a tierra española, la besan y se abrazan, porque vienen de un infierno", ha argumentado, en una entrevista con Efe, Omella, presidente de la Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal desde 2002.
Omella, nombrado el pasado mes de noviembre por el papa Francisco miembro de la Congregación para los Obispos, se ha preguntado qué hacen los países desarrollados para "evitar que esas personas salgan de un infierno, donde están en crisis permanente, desde que nacen hasta que mueren, no tienen para vivir y sufren el problema del hambre, la agricultura, el ébola y tantas otras enfermedades".
"Salen de un infierno y nosotros aquí poniendo vallas para impedir que entren", ha reflexionado y ha interrogado sobre "qué está haciendo Europa, el mundo desarrollado y civilizado, para evitar que salgan y para acogerlos y ayudarles a que puedan rehacer su vida en dignidad, como todos queremos hacerlo".
Ello llevará a vivir con menos riqueza, pero habrá que hacerlo porque "todos somos hermanos, y la tierra es de todos; no puede ser solo de unos poquitos y que a los demás les parta un rayo", ha incidido Omella, que ha apelado a "vivir una mayor magnanimidad y una mayor solidaridad en todos los países del mundo".
Ha asegurado que las personas que se mueren de hambre harán todo lo posible por saltar vallas y por cruzar mares, ha añadido este obispo, quien fue un año misionero en Zaire.
Para él, los gobiernos tienen en este materia una gran responsabilidad, y cree que no se puede dejar de atender a los países subdesarrollados, aunque entiende que en el caso español, debido a la crisis económica, se haya reducido un "poco" la cooperación internacional y que esa reducción se dedique, entre otros, a los pobres y a los parados en España.
"El papa ya lo ha dicho en el Parlamento Europeo: los estados tienen que tomar en serio este tema de la inmigración", ha afirmado Omella, quien cree que la solución a este problema "tiene que ser más global que el de todo el estado español" y plantearse desde la Unión Europea e, incluso, ha precisado, "desde Estados Unidos con los países más desarrollados".
Se ha preguntado, además, "cuánto se gasta en armamento y en desarrollo de todo tipo" y ha insistido en que "algo tenemos que hacer", porque "la tierra es de todos, y todos tenemos que compartirlo, sobre todo, con los más necesitados".
Omella (Cretas, Teruel, 1946), sobre el que se apunta que podría ser nombrado arzobispo de Barcelona, ha señalado que lleva diez años en La Rioja como prelado "muy a gusto" y "ójala pueda continuar muchos años".
Ha reconocido que "hay rumores que dicen me voy a marchar, que el papa me va a llevar, pero he oído ya tantas veces eso, prácticamente desde que he llegado, que no hago caso".
"De momento, no tengo ninguna noticia, pero, ahora bien, lo que el papa me pida, como he hecho siempre, lo haré y, si me traslada, me iré, como vine aquí. Pero, desearía continuar aquí muchísimos años, porque estoy muy a gusto", ha insistido.
Respecto a la retirada del proyecto de reforma del aborto por parte del Gobierno, ha precisado que le ha "dolido" como ciudadano y como creyente, porque considera que, desde el momento de la concepción, "lo que va a nacer es un ser humano, y ahí hay vida; si no, no nacería".
"Ojalá que el Gobierno, que me ha decepcionado en este tema, se tome en serio esa reforma de la ley y que volvamos a evitar que haya tantos abortos y que la vida vuelva a ser valorada por todos los ciudadanos", ha defendido.
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