La Nunciatura Apostólica en Libia informó
a la agencia Fides que las comunidades religiosas que trabajan en los dos
Vicariatos apostólicos de Trípoli y Bengasi (Libia) continúan su labor de
ayuda y de evangelización a favor de la población y de los fieles
católicos.
En Libia existen 16 comunidades de religiosas provenientes de
diferentes países, entre las que se encuentras las Misioneras de la Caridad de
la Madre Teresa de Calcuta, que trabajan en centros sociales de Trípoli.
La gran mayoría prestan servicios en el sector sanitario, en
hospitales de Bengasi, Tobruk y otras ciudades.
Según la Nunciatura todas las comunidades han decidido quedarse en el país "para permanecer junto a quienes sufren".
Según la Nunciatura todas las comunidades han decidido quedarse en el país "para permanecer junto a quienes sufren".
La agencia Fides informó que los dos obispos y los 15 sacerdotes
católicos que trabajan en el país han expresado su deseo de "infundir
fuerza" y de prestar todo tipo de asistencia a los cerca de 100 mil
católicos libios existentes y a toda la población del país.
"Incluso en las circunstancias actuales, el pueblo libio, como
tradicionalmente ha hecho siempre, está expresando su agradecimiento por la
presencia y el servicio de las religiosas y sacerdotes. En estos días esta
benevolencia se demuestra con gestos concretos de solidaridad y protección
hacia los religiosos presentes en el país".
El coronel Muammar al-Gaddafi tomó el poder de Libia en 1969 a
través de un golpe de estado e implantó un régimen de gobierno socialista y
autoritario. Las protestas en el país africano, que Gadafi ha gobernado durante
42 años, comenzaron el 14 de febrero de 2011.
El conflicto cobró impulso luego de que se llevara a cabo el
denominado "Día de la ira" el 17 de febrero en represión del gobierno
actual.
Las fuerzas leales al liderazgo de Muammar Gaddafi libran una
sangrienta batalla contra los opositores para mantener al mandatario en el
poder, mientras aviones de guerra fueron utilizados para bombardear a
manifestantes que se encontraban en las afueras de Trípoli (capital de Libia).
Los manifestantes tomaron el control de varias ciudades importantes
del país, incluyendo la ciudad de Bengasi que ha sido donde se han desatado los
enfrentamientos más sangrientos entre manifestantes y fuerzas del gobierno.
Ibrahim Dabbashi, embajador adjunto de
Libia reveló ante las Naciones Unidas que Gadafi había iniciado un
"genocidio contra el pueblo libio".
Según cálculos del Alto Comisionado de
Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) unas 100 000 personas han
abandonado el país. Algunos reportes de prensa hablan
de 600 muertos, otros de 800, y algunos incluso de 2 000.
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