Después de desastre ambiental, cometido por la empresa Petroamazonas EP en el Río Aguarico, un curso de agua que se extiende a lo largo de 390 kilómetros por los territorios de Perú y Ecuador, una comisión del colectivo YASunidos, movimiento apartidario, autónomo y autogestor formado por diversos sectores sociales, hizo un recorrido a lo largo del lugar para averiguar la extensión de los impactos y verificar las condiciones en la que se encuentra la población afectada.
El río sufrió un derramamiento de petróleo el último 2 de julio, dejando por lo menos a 10 comunidades sin acceso al agua para actividades de pesca, cultivo, consumo e higiene, en el estado ecuatoriano de Sucumbíos. Según el colectivo, durante el trayecto, desde la comunidad Dureno hasta Zócalo, situada en la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno, varios habitantes pertenecientes a las etnias amerindias cofán, kichwa y siona señalaron la presencia de grandes manchas de petróleo en bruto en por lo menos tres puntos diferentes.
Aún con esfuerzos de limpieza y recolección de la sustancia realizada por equipos de obreros y de protección, que intentan retirar el petróleo con recursos manuales, casi dos semanas después del desastre ya se observan efectos en la vegetación y playas de agua dulce, cercanas a las comunidades indígenas. Declaraciones de habitantes dan cuenta de que éste tal vez sea el mayor derrame de petróleo ocurrido en los últimos 20 años, señalando que la cantidad de material vertido en las aguas podría superar los 10 mil barriles de petróleo.
El Estado de Sucumbíos es uno de los principales de Ecuador en la producción de petróleo para exportación, y el Río Aguarico es uno de sus más importantes paisajes amazónicos. Según YASunidos, un funcionario de Petroamazonas EP, empresa pública ecuatoriana de explotación y exportación de hidrocarburos en el lugar, responsable de lo ocurrido, al ser consultado de manera extraoficial sobre la proporción del derrame, habría admitido que la cantidad se acercaría a los 15.700 barriles de petróleo en bruto.
Ribereños, en declaración a YASunidos, evalúan que la respuesta de la empresa frente al desastre ha sido insuficiente, además de que la presencia del Ministerio del Ambiente de Ecuador ha sido "prácticamente nula”. "En lo relativo a Petroamazonas EP, la empresa no ha facilitado información sobre los impactos que supone el evento para la salud de las poblaciones y las precauciones que deben tomar las comunidades frente a ello. La presencia de Petroamazonas EP se ha limitado a la entrega de ‘kits alimentarios’ en conjunto con un comité de crisis que han formado los gobiernos locales”, resume YASunidos.
Habitantes de la zona afectada indican que los equipos de relaciones comunitarias de la petrolífera ofrecen un trabajo temporal de limpieza como única forma de compensación social a las comunidades impactadas, además de no asumir públicamente la responsabilidad por la lesión socioambiental cometida. Por su parte, en relación con el Ministerio, testimonios de autoridades locales parroquiales señalan que el órgano no mandó personal al área afectada a fin de constatar la magnitud del desastre y evaluar las medidas necesarias para la contención de los efectos.
Daños ambientales, sociales y culturales
Petroamazonas EP aconseja que los pueblos ribereños no utilicen el agua durante dos años. Qué decir ante esto, ya que es innegable la importancia que para las comunidades locales tiene el agua en actividades de pesca, abastecimiento y cultivos, siendo fuente segura y no contaminada, gracias al Río Aguarico, el cual tiene gran valor cultural para los pueblos, como el cofán, siendo referencia en la historia de su origen y expansión.
De acuerdo con YASunidos, anteriormente a este nuevo hecho, la explotación de la petrolera estadounidense Texaco ya habría afectado gravemente una relación sagrada de la población con el río, ejecutando un sistemático proceso de expropiación de su valor simbólico y práctico como fuente de vida para el pueblo cofán. "No es admisible que la operación de Petroamazonas EP contribuya a profundizar nuevamente este proceso de separación, exclusión y despojo de las comunidades, en momentos en que los cofán intentan reconstruir sus relaciones con el territorio y los elementos que en él dan vida”, protesta el colectivo.
Traducción: Daniel Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com
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