Río Grande (Tierra del Fuego) (AICA) - Más
de un centenar de jóvenes provenientes de distintas parroquias de la diócesis
de Río Gallegos participaron de la Misión Juvenil Diocesana que se realizó del
4 al 11 de enero en la ciudad de Rio Grande (Tierra del Fuego).
Como en los años anteriores, por la mañana
tuvieron encuentros de formación cristiana y espiritual y por la tarde
visitaron las familias de los barrios: Mirador, Los Fueguinos, Provincias
Unidas, 22 de Julio, Betel, Unidos, 15 de Octubre, todos de Río Grande y Tierra
del Fuego. La propuesta es repetir esta instancia por tres años
consecutivos, es decir hasta 2013.
En esos mismos días el obispo, acompañado
por uno de los grupos, visitó la comunidad de Tolhuin, en la que se creó la
parroquia Sagrada Familia y tomó posesión el primer párroco, presbítero Luis
Ascona. El pastor diocesano también visitó distintas localidades
pertenecientes a la parroquia rural La Candelaria, que tiene como sede la
Misión Salesiana de Río Grande.
En la misa de clausura, los seminaristas
Ricardo Toledo y Pedro Turesso recibieron el ministerio del Lectorado y del
Acolitado, respectivamente.
Varios adultos acompañaron a los
misioneros prestando servicio en las comidas, alojamiento, transporte, etc.
En la Misión estuvieron presentes varias
comunidades religiosas femeninas y masculinas, sacerdotes diocesanos y
salesianos, y seminaristas de la diócesis.
La sede en la que se reunieron los misioneros
fue el gimnasio del Colegio Don Bosco, cedido por los salesianos.
Según señaló el presbítero Ariel Silguero,
párroco de la Sagrada Familia, de Río Grande, “las eucaristías diarias y las
celebraciones litúrgicas fueron espacios de juvenil y participada oración, como
así también los momentos del rezo de laudes, la adoración eucarística y la
lectura orante de la Palabra vividos cada mañana. El ambiente de
protagonismo y participación, el apostolado personalizado y perseverante,
crearon un clima misionero y vocacional que ayudó a los jóvenes a reforzar el
compromiso evangélico de seguir a Jesús más de cerca. Este espacio de convivencia y apostolado de la
Pastoral Juvenil Diocesana es un verdadero regalo de Dios para nuestros
jóvenes, una escuela de formación cristiana”.
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