30 settembre 2013

Botswana

Con il Botswana celebriamo la Festa dell’Indipendenza (1966). I cattolici sono 51.000 pari al 2,6% della popolazione. La chiesa gestisce 42 istituti scolastici e 19 istituzioni assistenziali.


(dall'Agenda Biblica e Missionaria EMI)

28 settembre 2013

Lectio Divina - Año C. 26º Domingo T. O. (Lc 16,19-31)

Juan José Bartolomé, sdb

Comprender lo que Jesús quiere decirnos con la parábola no es difícil. Mientras vivió, el rico nadó en la abundancia; tuvo de todo, menos compasión para con el pobre que ayunaba a su puerta. Al morir, no pudo ni aliviar su desgracia ni evitar que su familia caminara, sin saberlo, hacia el mismo final. Cargado de bienes, el rico no pudo salvarse él, ni salvaría a los suyos.
Una vez muerto el pobre, a quien nadie había auxiliado en vida, gozó para siempre del consuelo de Dios. La muerte de ambos cambió su suerte de forma radical: quien antes no se privaba de nada, no tuvo después ni una gota de agua con que refrescarse; quien no tenía más que ganas de saciarse con lo que otros desperdiciaban, obtuvo como satisfacción la compañía de todo un Dios.
Si la abundancia de bienes perdió al rico, el pobre no tuvo que hacer más que luchar por sobrevivir sin desesperar de Dios. Al rico le sobraba Dios, para vivir bien; al pobre le faltaron los bienes, también quien se compadeciera de él, pero tuvo a Dios de su parte. Aun sin saberlo.

SEGUIMIENTO
19. En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: «Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día.
20. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas,
21. y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico. Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas.
22. Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán. Se murió también el rico, y lo enterraron.
23. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno,
24. y gritó: "Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas."
25. Pero Abrahán le contestó:" Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces.
26. Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros."
27. El rico insistió: "Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos,
28. para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este lugar de tormento."
29. Abrahán le dice: "Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen."
30. El rico contestó: "No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán."
31. Abrahán le dijo: "Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto."»

I. LEER: entender lo que dice el texto fijándose en cómo lo dice

Lucas considera destinatarios de la enseñanza de Jesús a fariseos, “amantes del dinero” (Lc 16,14). No se puede pasar por alto el detalle, si se quiere interpretar correctamente a Jesús. Se dirige sólo a quienes aman más sus bienes que a su prójimo.
Los directos destinatarios de la severa advertencia no son un grupo de fieles judíos, sino todos aquellos que vivan de sus bienes. La parábola puede verse como una ilustración paradigmática de cuando ya dijo Jesús en la llanura (Lc 6,20-21.24-25). Contiene una durísima condena de la riqueza, no por su procedencia ilícita, que aquí no se menciona, sino por su maléfica consecuencia: su poder para insensibilizar el corazón del hombre y cerrarlo a la necesidad del prójimo.
Además es buena noticia, pues revela dónde ha puesto Dios sus preferencias y su corazón. El Dios de Jesús no es neutral, ha tomado partido a favor del indigente y el menospreciado, aunque no siempre lo muestre de forma inmediata o evidente.
La narración presenta los personajes (Lc 16,19.20). El rico tiene muchos bienes, pero no tiene nombre, no tiene rostro; puede ser cualquiera. Al pobre se le identifica por su nombre (Lázaro: Dios ayuda), antes incluso que se mencionen su males y su hambre. El rico tenía banquetes diarios; el pobre no comía. No se puede decir con menos palabras el abismo que los separaba. La muerte de ambos hará que este abismo, antes no franqueado, se vuelva ahora en infranqueable, definitivo.
Su suerte cambió. El rico, que no había hecho nada ‘malo,’ sólo vivir de sus bienes, fue al infierno. El pobre, del que no se cuenta nada ‘bueno’, sólo ser pobre de solemnidad, es introducido en el ‘seno de Abrahán’. Aunque parezca un final lógico dentro de la enseñanza de Jesús, no deja de ser sorprendente en una cultura, como la bíblica, donde los bienes son buenos, porque provienen del buen Dios. Jesús enseña que hay algo más preciado que los propios bienes: y es el prójimo que los necesita.
En este diálogo con Abrahán, el rico ‘aprenderá’ la lección. Y los oyentes de Jesús, una grave advertencia. Lázaro, el pobre que no fue auxiliado en vida, no puede auxiliar a nadie, ni al que ya murió ni a los vivos, que siguen disfrutando de la vida. Nadie puede ayudar a quien no le ayuda la ley de Dios (Moisés y los profetas).
Es Dios y su voluntad expresa, la que ha de abrir el corazón del acaudalado a la necesidad de su prójimo. Para el rico sólo hay un ‘milagro’ que lo pueda salvar, la presencia del pobre a su lado. Quien permanece insensible a la necesidad de su prójimo está labrándose su condena.
Terrible instrucción: el que no se compadeció en vida no será compadecido a la hora de morir. Quien ama sus bienes más que a su prójimo, no tendrá quien le auxilie. Ese será, para siempre, su ‘infierno’.

II. MEDITAR: aplicar lo que dice el texto a nuestra vida

Lucas, con esta parábola, que solo la tiene él en su evangelio, ha querido presentar, en forma particularmente dramática, sin concesiones ni remilgos, el peligro que acecha al creyente rico: no es que uno pueda, un día, perder cuanto tiene, es que sus haberes pueden perderle para siempre. ¡Qué fácil resulta a un pobre, confiar en Dios!; ¿a quién si no?¡Qué trabajo le da al rico poner su confianza en Dios.
Los bienes’ tienen la capacidad de perversión. Su disfrute aleja – ¡lo destierra! – al pobre del pro pio corazón y nos enfrenta con Dios. El único bien con el que el pobre cuenta es Dios. El rico, para el que un pobre no cuenta nada, deja de contar para Dios.
Es evidente que Jesús, contando semejante historia, tomaba una postura sorprendentemente crítica con respecto a la abundancia de bienes en vida. Porque nada hizo de malo el rico, a lo sumo gastar sus bienes sin miramiento ni piedad para con el prójimo, que sufría a su lado. Nada hizo de bueno el pobre, sino echarse por tierra mendigando un ayuda que no llegaría.
Tenemos que reconocer que la enseñanza de Jesús contradice no ya sólo la moda, los valores de nuestra sociedad, sino, sobre todo, nuestra misma vida y las opciones que a diario toma nuestro corazón. Pocos juicios de Jesús nos resultan tan irrealizables en el mundo en que vivimos, tan ajenos a nuestra realidad, como su enjuiciamiento de la riqueza.
En nuestros días no hay quien considere los bienes materiales como un grave peligro o el despilfarro como una auténtica injusticia. Nuestros ricos pueden hacer lo que se les antoje de su dinero; lo único que nos duele es el que se lo gasten sin nosotros. Y nosotros, los que decimos seguir a Jesús, ¿vivimos para algo más que para tener mayores bienes, disfrutar de mejores condiciones de vida, poder pagarnos nuestros caprichos, gastar nuestro dinero como mejor nos plazca?
Como cualquier otro, envidiamos a cuantos tienen más que nosotros, soñamos con el día en que llegaremos a ser ricos e identificamos la suerte con una suma importante de dinero. No nos faltan razones; porque los bienes materiales son eso, bienes, lo que nos hacen falta para vivir. Aunque sepamos que el dinero no basta para hacer feliz una vida, su falta es ya un motivo de infelicidad.
Jesús no condena la riqueza sin más, no la considera mala por sí misma. Pero con su parábola nos advierte de su peligrosidad: el que tiene mucho, por el hecho de tener más, no suele ser más sensible ante el que no tiene menos, no suele sentir responsabilidad frente a él. Cree poder disponer de su dinero sólo porque le pertenece, sin que le importe el hecho de que otros no tienen de qué vivir. Tener más, gozar mejor, gastar aprisa es para muchos hoy el fin de sus vidas; Jesús nos advierte que ése puede ser también el final: lo malo no fue que poseyera mucho el rico, sino que no pusiera algo a disposición del pobre.
Malgastó sus bienes, y su vida para siempre, no porque gastara mucho, sino porque no se gastó un poco en beneficio de quien sufría necesidad. Lo malo de los bienes no es el tenerlos, ni está mal el desearlos. Lo malo está en que quien más tiene, menos da. Jesús nos avisa con tiempo: nuestra suerte final no va a depender de lo que hayamos podido acumular en vida sino de cuanto hayamos querido compartir. Sobreviviremos no por cuanto pudimos gastar en vida, sino por lo que quisimos poner a disposición de los demás.
Todo lo que tuvo el rico no le valió para salvarse. Pudo comprarse de todo en vida, menos un lugar junto a Dios tras su muerte. Y quien más tenía fue quien más perdió, no ya la vida y unos bienes, perdió a Dios de por vida.
Los bienes que tenemos, el bienestar de que disfrutamos, el dinero que malgastamos nos pueden estar dejando sin el único Bien, Dios, y la auténtica buena vida, gozar de su intimidad para siempre. A tanto arriesgamos cuando nos aferramos a los bienes que perecen con nosotros: olvidamos que el único bien que sobrevivirá es el que hacemos a los demás; el bien que nos hacemos a nosotros mismos morirá con nosotros; el bien que dejamos de hacer a quien pasa necesidad nos condenará.
No nos engañemos poniendo como excusa que, al fin y al cabo, nosotros no somos tan ricos como el señor de la parábola. Aunque no poseamos tanto como para banquetear espléndidamente cada día, basta con que a nuestro alrededor haya alguien que pase mayor necesidad y coma menos. Comparado con cuanto quisiéramos tener, siempre seremos pobres; en comparación con quien dispone menos aún que nosotros, somos, en realidad, bien estantes. No salir al paso de quien nos necesita, no ayudar a quien lo necesita, nos hace ricos y egoístas, aunque poseamos poco. Dios nos ha dado bienes para hacer el bien y, así, hacernos mejores, no más ricos. Lo que hayamos conseguido acumular en la vida se nos ha concedido para que atendamos nuestra necesidad y la de nuestro prójimo.
Jesús no dice que la riqueza sea mala en sí misma. Advierte sobre la insensibilidad que produce en el alma del que la disfruta: quien no vio con piedad la indigencia ajena se vuelve sordo a la palabra de Dios y a sus profetas, y no dará crédito a sus obras más estupendas. Ni siquiera el milagro más portentoso es capaz de cambiar el corazón inmutable ante la pobreza del hermano: quien no ha escuchado la voz del indigente no obedecerá la ley de Dios ni escuchará su voz, aunque la oyera.

III. ORAMOS nuestra vida desde esta Palabra:

Dios Bueno, haznos capaces de escucharte, escuchando al pobre. Tenemos tantos hermanos necesitados cerca de nosotros; que no seamos insensibles ante sus muchas necesidades. Que nos incomode tener que compartir lo que Tú nos has dado con quien no lo tiene. Haznos misericordiosos. Cambia nuestro corazón en vida Ellos nos necesitan. En cada pobre que convive entre nosotros, Tú sigues diciéndonos que cambiemos nuestro corazón tan materialista y deseoso de gozar, mientras hay quien sufre muchísimo.
Que no nos hagamos sordos a la voz de quien es pobre, porque también seremos incapaces de escucharte a Ti, que nos hablas a través de su necesidad. Que nos conmueva su necesidad. El corazón de quienes aman más los bienes que a su prójimo, está lejos de ti. Que el pobre que nos has dado como compañero de camino nos recuerde qué lugar quieres ocupar en nuestra vida. Enséñanos a amarlo como lo amas tú. ¡Así sea!

26 settembre 2013

Suor Rosa BIASI

Carissime sorelle, il 24 settembre 2013, nella casa “N. S. della Pace” di Cochabamba (Bolivia) la Madonna della Mercede ha accompagnato all’incontro con il Padre la nostra cara sorella Suor Rosa BIASI. Nata a Quinto (Vicenza) l’11 agosto 1919. Professa a Colle Umberto (Treviso) il 5 agosto 1944. Appartenente all’Ispettoria Boliviana “N. S. della Pace”.
Rosa, terzogenita dopo un fratello e una sorella, nacque in una famiglia caratterizzata da fede profonda, spirito di preghiera, amore al lavoro, gioia di condividere e di stare insieme. Dalla mamma imparò ad amare il Signore e la Madonna e apprese il gusto per la preghiera; dal papà, aperto e cordiale, l’arte dell’amicizia. Riguardo alla sua vocazione lasciò scritto: «Si può dire che fui salesiana prima ancora di nascere, poiché la mamma da ragazza aveva alimentato questo desiderio. Infatti, lei aveva due fratelli Salesiani e quattro nipoti FMA. Così, quando espressi il desiderio di diventare anch’io FMA, non incontrai nessuna opposizione».
Il 31 gennaio 1942 iniziò il Postulato a Padova. Visse intensamente gli anni della formazione, pur nel duro periodo della guerra. Dopo la professione religiosa lavorò, come maestra di ricamo e di cucito, nelle case di Fossalta, Barbano e Codiverno. Il 12 marzo 1952 si realizzò il suo sogno missionario, lasciò l’Italia e partì per il Perú.
In occasione del 50° di vita missionaria, così scrisse a una compagna di professione: «Ci sono date che non si possono dimenticare, una di queste è la celebrazione dei 50 anni di vita missionaria. Era il 12 marzo 1952 quando partii da Genova per l’America. Puoi immaginare la gioia e l’entusiasmo di quel viaggio, furono 26 giorni di mare, cielo e acqua, luce chiara di notte, la luna; il sole meraviglioso di giorno, tutto risplendeva nell’immenso oceano, una cosa impressionante! Andavo a poppa per dare uno sguardo attorno e perdermi in Dio. Il 6 aprile toccavo terra americana nel porto di Callao (Perú). Il giorno 8, al mattino, venne una consorella ad attendermi e mi accompagnò al collegio non molto lontano. Cosa posso dire di questi 50 anni? Sappiamo che la vita è fatta di alti e bassi, di gioie e di sofferenze, di giorni belli e meno belli, però ho tenuto sempre la lampada accesa e piena di fiducia nel Signore sono andata avanti. Quanta gioia nel mio cuore, è tutto un AGIMUS, una continua azione di grazie, poter fare del bene, aiutare, tutto è un regalo di Dio!».
Suor Rosita, come la chiamavamo, svolse la sua attività missionaria come catechista, insegnante di lavori manuali, assistente, responsabile del guardaroba e della lavanderia, portinaia e sacrestana alcuni anni in Perú ed altri in Bolivia. Lavorò a La Paz, Chosica, Prado, Callao, Huanuco, Puno e La Paz. Dal 1979 fino al 2003 fu a Montero, dove poté esprimere tutto il suo ardore missionario attraverso il servizio di accoglienza delle alunne e delle varie persone in portineria, dove testimoniò un tratto cordiale, amabilità, simpatia e ascolto. Quanti segreti e quante pene conservava nel suo cuore!
Un forte amore all’Eucaristia e alla Madonna alimentava il suo spirito di fede, di preghiera e l’aiutava a mitigare il temperamento pronto, a coltivare la gioia e la capacità di dono. Con la forza del da mihi animas cetera tolle, superava le difficoltà e sapeva approfittare di tutte le occasioni per annunciare la Parola di Dio. Nel 2004 passò alla casa ispettoriale a Cochabamba, dove le consorelle godettero per la sua serenità e il suo ardente spirito apostolico. Fino alla fine del mese di agosto prestò il suo servizio e il suo apostolato tra i piccoli della scuola, quando si presentò la dolorosa malattia del cancro che la portò alla morte in poco tempo.
Grazie, cara suor Rosita, per la tua testimonianza missionaria, il tuo amore ai poveri, il forte spirito di preghiera e la tua allegria contagiosa. Godiamo con te per il tuo incontro con il Dio della vita e della misericordia. Ti chiediamo di intercedere per ogni FMA affinché, conquistate da Cristo, esprimiamo l’entusiasmo vocazionale e contagiamo i giovani con la gioia di donare la vita al Signore.

L’Ispettrice
Suor Edith Franco

24 settembre 2013

Guinea-Bissau

Celebriamo con la Guinea-Bissau la Festa dell’Indipendenza (1974). La chiesa cattolica è presente nell'ex-colonia portoghese con 128.000 cattolici, che rappresentano il 9,4% della popolazione.


(dall'Agenda Biblica e Missionaria EMI)

23 settembre 2013

Arabia Saudita

Con l’Arabia Saudita celebriamo la Festa dell’Unificazione Nazionale (1932). Ai sacerdoti è negato l’ingresso nel paese; la conversione al cristianesimo è un reato. Su una popolazione di 27 milioni vi sono circa 2 milioni di cattolici, in prevalenza lavoratori immigrati filippini (circa 1,4 milioni, per l’85% cattolici) e indiani.


(dall'Agenda Biblica e Missionaria EMI)

22 settembre 2013

Mali

Con il Mali festeggiamo l’Indipendenza (1960). I cattolici ammontano a 241.921, pari all’1,79% della popolazione.


(dall'Agenda Biblica e Missionaria EMI)

21 settembre 2013

LECTIO DIVINA, Dom XXV, Ciclo ‘C’ (Lc 15, 1-32)

Juan José Bartolomé, sdb

No concuerda bien con la imagen que nos hacemos de Jesús el que un día se atreviese a proponer a sus discípulos como ejemplo a seguir la conducta deshonesta de un administrador infiel: poco hay que aprender de un hombre que derrochó los bienes que se le habían confiado y que, antes de dar cuenta de su gestión, labró su futuro personal a base de empobrecer a su dueño.
El dinero de su señor le sirvió para asegurarse la benevolencia de los deudores de su señor. Perdonar deudas ajenas es una bonita manera de hacerse amigos propios. Es comprensible que una persona tan 'lista' nos caiga simpática; podríamos incluso envidiar en secreto su actuación, pero difícilmente nos atreveríamos a elogiarla en público ni, mucho menos, llegaríamos a presentarla como ejemplo a seguir. ¿Qué es, entonces, lo que quería Jesús exactamente enseñar a sus discípulos?

SEGUIMIENTO:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Un hombre rico tenía un administrador, y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes.
Entonces lo llamó y le dijo:"¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido."
El administrador se puso a echar sus cálculos: "¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza.
Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa."
Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: "¿Cuánto debes a mi amo?"
Éste respondió: "Cien barriles de aceite." Él le dijo: "Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta."
Luego dijo a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?" Él contestó: "Cien cargas de trigo." Le dijo: "Aquí está tu recibo, escribe ochenta."
Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Indudablemente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.
Y yo les digo: Gánense amigos con los bienes de este mundo, para que, cuando les falte, los reciban en las moradas eternas.
El que es de fiar en lo poco, también lo es en lo mucho. Y el que es injusto en lo poco, lo es también en lo mucho.
Pues si no fueron de fiar en los bienes de este mundo, ¿quién les confiará el verdadero bien?
Y si no fueron de fiar administrando bienes ajenos, ¿Quién les confiará lo que es de ustedes?
Ningún criado puede servir a dos señores, pues odiará a uno y amará a otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No pueden servir Dios y al dinero.

LEER: entender lo que dice el texto fijándose en cómo lo dice

La enseñanza de Jesús, dirigida a sus discípulos en exclusiva, no está motivada previamente. Tiene dos partes: la parábola del administrador injusto (Lc 16,1-8) y un comentario que aplica a la vida de los oyentes el mensaje de la parábola (Lc 16,9-13).
La parábola, que alaba expresamente la astucia de un gestor corrupto, lo que menos produce es duda y asombro. No hay mucho que elogiar en quien falsifica los balances con el fin de asegurarse una buena vida.
Es entendida la historia, Jesús no da por buena una actuación a todas luces deshonesta, sino la prontitud y sagacidad en reaccionar del administrador ante la inevitable desgracia de verse pronto despedido.
En realidad, el gerente no hizo ni más ni menos que lo que siempre hacía, derrochar los bienes de su amo. Pero además de confirmar su descarada indecencia tuvo reflejos y astucia suficiente para afrontar la desventura que le estaba por sobrevenir.
Jesús no alaba, pues, un comportamiento desvergonzado e injusto sino la rápida reacción y la imaginativa solución que sabe dar a su problema. Jesús concluye, eso sí, con un cierto pesimismo que tiene que darnos que pensar: los hijos de este mundo son más listos que los hijos de la luz; saben ganarse amigos y un porvenir con lo que tienen a mano, aunque no les pertenezca.
Con unas cuantas afirmaciones, que no se compaginan bien entre sí ni hacen más comprensible el mensaje de la parábola, Jesús continúa su enseñanza, alejándose paulatinamente de su sentido central.
En contraste con el administrador infiel, sus discípulos han de ser honrados manejando lo poco que tienen; no serán dignos de confianza ni recibirán mayores dones, si no fueron leales en lo pequeño. Y lo que es más sorprendente: para recibir lo que se nos debe, lo propio, ha que haberse mostrado justo con lo que no nos pertenecía.
Jesús culmina su instrucción rebasando con creces el tema del discurso. Ya no se trata de administrar bien o no los bienes de otros sino de que entre los bienes, de los demás o míos, y Dios se da una irreconciliable oposición.
Una cosa es el manejo de los bienes ajenos y otra, muy distinta, es dejarse manejar por Dios.
Como un siervo no puede tener más que un señor, el discípulo no puede servir más que a Dios. Aunque sea de paso, hay que advertir la capacidad de embaucar, y encadenar, al hombre que tiene el dinero, pues se le contrapone nada menos que a Dios. Los mejores bienes son el peor enemigo del Bien supremo.

II. MEDITAR: aplicar lo que dice el texto a nuestra vida

Jesús, nos sorprende con esta parábola sólo si se la separa de su intención básica: Jesús no alaba la astucia del gerente infiel, su engaño y despilfarro.
En realidad, disponiendo de lo que no es suyo por última vez no hace más que confirmar lo que siempre había hecho y explicar el castigo que recibe. La astucia del mal gestor no estuvo en reservarse para sí bienes ajenos. Fue infiel hasta el final, pero previsor: se las agenció para tener amigos en tiempo de desgracia.
Lo que debemos aprender como cristianos, es la necesidad de recordar nuestras responsabilidades. Debemos dar razón de cuanto se puso en nuestras manos y es mejor que nos sepamos manejar con la misma astucia que el administrador; nada de lo que tenemos es propio la vida es otro bien ajeno y en algún momento tenemos que dar razón por ella.
Cuantas veces no nos damos cuenta de lo valioso que es nuestra vida, de lo importante que es poder ver un amanecer, y cuantas veces nos quejamos del porque nos da tanto la luz del sol, que no tenemos el suficiente dinero para poder gastar y decimos que no tenemos riqueza alguna, y nos damos cuenta que la teníamos cuando desgraciadamente no volvemos a ver una puesta de sol. ¿Nos hemos dado cuanta algún día de la riqueza que tenemos en nuestra propia vida, con cosas tan cotidianas como el dar un abrazo, mirar la puesta del sol, o sentir el abrazo de un hijo?
Jesús nos quiere enseñar que todos gestionamos bienes que no son propios, que no los hemos originado nosotros y que no nos pertenecen.
¿Por qué dejamos de sentirnos agradecidos por lo que hemos recibido?, nunca hemos estado del todo conformes con lo que tenemos, siempre nos preguntamos el ¿Por qué tan poco tenemos?, o simplemente cuantas veces nos quejamos por cuanto llueve, sin darnos cuenta de que en algunas partes rezan porque pueda llover y poder tener una buena cosecha.
Pero deberíamos de tener una buena administración, y esto nos debería ponernos en que pensar; para poder ser alabados por el Señor. Hay que saber prevenir, con prontitud e imaginación; hay que arriesgar el presente del que se dispone con tal de asegurarnos el futuro que no está en nuestras manos.
Jesús, quiere que como hijos suyos tengamos astucia y perspicacia: los hijos de la luz no deben dormir, sólo porque administran bien los bienes recibidos de su Señor. No quiere Jesús infidelidad en los suyos – en la parábola, el infiel, aunque alabado, es ‘condenado’ -; exige, eso sí, madurez y carácter. ¡No basta la honestidad, se requiere astucia para ser hijo de la luz!
Debemos estar preparados para pensar que siempre en la vida vamos a depender de algo o de alguien, debemos saber sembrar para poder cosechar, cuantas veces hacemos menos a gente que en algún momento se nos acerca para que podamos apoyarlas, y nosotros simplemente los despreciamos porque no tienen que darnos a cambio, pensemos que en algún momento podemos estar en su lugar y esa persona a la cual en este momento despreciamos, en algún momento nos puede apoyar.
El comentario a la parábola (Lc 16,9-13) ayuda a su comprensión, quien no ha sabido administrar en lo poco, tampoco lo será en lo mucho, porque si no somos dignos de poder administrar lo poco que nos da Dios, conque confianza nos da algo mas para podrá dar algo mas. No seremos dignos de poder recibirlos. Dios piensa en darle más a quien logra administrar poco.
Seamos responsables de saber dar el fruto de lo que nos confiaron al ponerlo en nuestras manos, que aprendamos a dar cuentas de cada cosa que nos confían.
Es evidente que Jesús no elogió la irresponsabilidad del administrador, cuando derrochó los bienes de su amo; ni tampoco su desvergüenza, cuando, una vez descubierto y despedido, rebajó la deuda de su señor para congraciarse con los deudores: el administrador infiel es ejemplo para los hijos de la luz por su astucia; supo prepararse para la desgracia por venir granjeándose la gratitud de los endeudados con su amo; si antes había malgastado el dinero ajeno sin pensar en su futuro, ahora se sabía en la calle, podría, por lo menos, contar con la hospitalidad de todos aquellos a quienes había condonado la deuda de su señor; antes la mala administración no le había cosechado amistades, sin cambiar su pésima gestión se decide a beneficiar ahora aquellos de los que espera recibir beneficio.
No fue muy fiel, pero tampoco tonto, ese administrador. Se ganó amigos con el dinero injusto: por su astucia al prepararse un futuro, sin bienes de los que disponer pero con amigos a los que acudir, el administrador infiel fue considerado por Jesús como ejemplo para sus discípulos. Sin duda, no quería Jesús que sus discípulos copiaran del administrador su repetida deshonestidad ni la falta de escrúpulos, sino la imaginación que empleó para buscar una salida a su situación desesperada y la rapidez con que la llevó a efectuarlo.

III. OREMOS nuestra vida desde este texto.

Dios Bueno, queremos pedirte que nos ayudes a vivir una verdadera conversión. Tú nos conoces bien y sabes que también hemos robado. Nos hemos quedado con lo que no era nuestro, lo hemos escondido, lo hemos malgastado.
Desde hoy queremos cambiar, ser justos y amar de verdad. Nuestra vida en tus manos es poca, pero en tus manos se convertirá en barriles de aceite, medidas de grano, consolación y alimento para mis hermanos y mis hermanas que tienen hambre.
Enséñanos a ver nuestra vida como un don, multiplicando y compartiendo con los demás como lo hizo tu Hijo Jesús. Queremos ser justos, ayúdanos con tu Espíritu. ¡Así sea!

Malta

Con Malta celebriamo l’Indipendenza (1964). I cattolici sono 418.000 su una popolazione di 443.000 abitanti.


(dall'Agenda Biblica e Missionaria EMI)

19 settembre 2013

Saint Kitts e Nevis

Con Saint Kitts e Nevis celebriamo l’Indipendenza (1983). La chiesa cattolica in Saint Kitts e Nevis – 4 parrocchie in tutto – fa parte della diocesi di Saint John’s – Basseterre, che ha la sua sede sull'isola di Antigua.


(dall'Agenda Biblica e Missionaria EMI)

18 settembre 2013

Suor Carmen MARTINEZ

Carissime sorelle, il giorno 11 settembre 2013, nella casa “San Giuseppe” di Caracas (Venezuela) il Signore ha chiamato a sé la nostra cara sorella Suor Carmen MARTINEZ. Nata a Izúcar de Matamoros - Puebla (Messico) il 1° ottobre 1911. Professa a Castroville – Texas il 5 agosto 1933. Appartenente all’Ispettoria Venezuelana “S. Giovanni Bosco”.
Carmen era la quinta di sette fratelli e sorelle. All’età di quattro anni perse la mamma e tre anni dopo il papà. Anche la nonna, che si era presa cura di loro, morì presto e così venne educata dal nonno e dalla sorella maggiore di 16 anni. Nonostante questi lutti, Carmen diceva di aver vissuto un’infanzia e giovinezza serena poiché in famiglia regnava un clima di affetto e di preghiera. Frequentò la scuola dalle Suore “Josefinas” dove imparò, sono sue parole: “Ad essere amica e buona compagna di tutte”.
Venne iscritta come interna nel collegio “María Auxiliadora” di Puebla per gli studi commerciali. L’accoglienza delle FMA, l’allegria e la fraternità dell’ambiente le fecero vivere anni felici. In seguito frequentò corsi di magistero nel collegio “María Auxiliadora” della città del México.
Superate alcune difficoltà in famiglia, contraria alla sua scelta della vita religiosa, il 2 febbraio 1930 entrò nell’Istituto. La situazione politica e la persecuzione religiosa di quel periodo resero difficile la vita del novi-ziato. Nel desiderio di offrire alle candidate una formazione più regolare, le Superiore trasferirono le no-vizie a Castroville in Texas (USA) dove suor Carmen emise i primi voti.
Ricordava che il mese dopo la professione, vestite elegantemente, fecero ritorno in treno al Messico. Venne inviata alla casa di Guadalajara, dove lavorò tre anni come maestra. Poiché la persecuzione divenne più violenta, dovettero chiudere la casa. Suor Carmen fu destinata al Venezuela. Partì su una nave spagnola, ma a causa della guerra civile che era scoppiata in Spagna, dovette attendere alcuni mesi a Cuba. Finalmente, dopo tante peripezie, giunse in Venezuela, a San Cristóbal. Venne poi inviata come insegnante nella Scuola Normale di Los Teques.
Nel 1954 fu nominata direttrice e svolse questo servizio a Barquisimeto, Caracas Altamira e Los Teques. Fu un’educatrice che cercava il bene delle giovani, era una donna decisa e costante, retta, semplice e gentile. Una superiora che inculcava il senso della responsabilità, giustizia e sincerità. Era esemplare nella fedele osservanza delle Costituzioni e nell’amore all’Istituto e alle Superiore. Le prime generazioni di Caracas Altamira la videro seguire la costruzione del collegio, cappella e teatro. L’hanno sentita sempre una delle “colonne” che hanno sostenuto e rafforzato la nostra presenza in Venezuela.
Per la sua profonda spiritualità e tempra forte venne nominata Ispettrice dell’Ispettoria del Messico dove rimase per tre anni. Di questo periodo scrisse: “Cercai di esercitare la mia missione con serenità e pace, dando esempio di fedele osservanza delle Costituzioni e portando ovunque la gioia e il buono spirito”.
Tornata in Venezuela fu direttrice a Barquisimeto e a Caracas, economa, assistente e catechista. Suor Carmen ci lascia la testimonianza di una preghiera semplice e generosa, centrata nell’Eucaristia e nella devozione a Maria alla quale si rivolgeva con filiale fiducia. Ci ha trasmesso un forte amore all’Istituto e ai Fondatori, che aveva come esempi nella vita quotidiana e ai quali si rivolgeva nelle necessità.
La comunità di Barquisimeto godette della sua presenza serena, saggia e piena di bontà. Era punto di riferimento per le mamme, i Salesiani cooperatori, i giovani e gli alunni che frequentavano quotidianamente la casa. Non aveva orario, era sempre disponibile all’ascolto e a dire una buona parola che illuminasse la vita di quanti si rivolgevano a lei.
Con suor Carmen, giunta a 102 di età, celebriamo il Signore della vita che opera grandi cose in coloro che mettono in Lui la loro fiducia. Partì silenziosamente per il Cielo nella festa di S. María de Coromoto e siamo certe che Ella l’ha introdotta nella casa del Padre che servì e amò con fedeltà e gioia.
Cara suor Carmen, dal cielo continua a benedire le sorelle della tua Ispettoria. Ottienici dal Signore e dall’Ausiliatrice l’audacia che ti ha caratterizzato per affrontare con speranza le situazioni. Fa’ che sappiamo amare questa terra e i giovani come tu li hai amati e a impegnarci ogni giorno ad educarli come buoni cristiani e onesti cittadini. Ottienici da Dio vocazioni della tua tempra.
L’Ispettrice
Suor María Eugenia Ramos

Migrantes: Doblemente excluidos en el actual contexto globalizado

Por Leonir Chiarello
Director del Scalabrini International Migration Network - Nueva York. Estados Unidos

La extensión planetaria, la intensidad, la velocidad y los impactos de los intercambios en los ámbitos del comercio, de las finanzas, de la producción, de la cultura, de la tecnología y de las comunicaciones confluyen en la conformación progresiva de un sistema mundial incierto y paradójico que incluye a determinados sectores sociales, empresariales e institucionales privilegiados y, al mismo tiempo, excluye cada vez más a la mayoría de las personas, grupos sociales, empresas, instituciones e incluso países que no logran insertarse en este proceso. En este contexto, el nuevo horizonte de la sociedad global no se define tanto por la presencia de vínculos económicos, financieros, políticos, sociales y culturales internacionales, los cuales siempre han existido, sino por su expansión, intensidad y, especialmente, por sus impactos absolutamente inéditos y contradictorios que dependen principalmente de la lógica selectiva y excluyente del sistema económico neoliberal que determina el actual proceso de globalización. El solo ejemplo de los mercados financieros liberalizados, a través de los cuales los especuladores financieros pueden desplazar en tiempo real de una parte a otra del planeta grandes cantidades de capital, pudiendo provocar el cierre de sistemas productivos y dejando a millones de personas sin trabajo ni fuente de ingresos, nos permite reconocer la complejidad de los elementos vinculados al proceso de globalización excluyente, que se desarrolla a varios niveles y evoluciona rápidamente según trayectorias difícilmente previsibles.
La consolidación de este sistema se funda en las clásicas doctrinas económicas liberales y neoliberales que sostienen la capacidad natural de autorregulación del mercado a través de las leyes de la oferta y la demanda, además del principio de las ventajas comparativas de los países en el comercio internacional. Sin embargo, las recurrentes crisis económicas y los efectos nefastos del actual sistema económico neoliberal a nivel social, político y cultural revelan que el funcionamiento de la economía de mercado neoliberal a nivel planetario no es automático y espontáneo, sino que requiere de determinadas regulaciones. La actual crisis mundial, provocada por un sistema financiero y bancario desregulado, es un ejemplo concreto de esta exigencia de regulaciones, para que las ganancias no sigan siendo privatizadas y las pérdidas socializadas.
Además de esta disociación entre crecimiento económico y equidad social, el actual sistema económico mundial sigue generando otras secuelas sociales como la disminución del poder adquisitivo de los salarios, la flexibilización laboral y las distintas formas de precarización laboral e inestabilidad del nivel de ingresos de los hogares, que repercuten sobre el incremento de la pobreza. Aunque a nivel general la globalización ha favorecido la disminución de las cifras de pobreza en algunos países, las estadísticas de los organismos internacionales revelan que cada día cerca de 50 mil personas mueren por causa del hambre, la carencia de agua potable o de asistencia médica elemental en casos de enfermedades curables como la malaria, el sarampión o las condiciones perinatales, la falta de protección habitacional o de vestimenta y otras causas relacionadas con la pobreza, sumando un total de alrededor de 18 millones de seres humanos al año. Este número iguala, cada tres años, el número de víctimas de la Segunda Guerra Mundial en su totalidad, incluyendo los campos de concentración y los gulags, calculado entre 50 y 60 millones de personas.
Por otra parte, las desregulaciones del mercado desplegadas por los Estados en vista de una mayor competitividad internacional y crecimiento económico, que permiten insertarse en el actual proceso de globalización, impiden a los mismos Estados controlar el comercio ilícito y permiten la generación (y la perennidad) de una economía ilegal que coexiste y compite de manera desregulada y anárquica con las corporaciones y empresas que actúan lícitamente en el mercado. Los Estados, con pocas excepciones, tienen cada vez menos poder de control y coerción sobre la globalización del crimen organizado y los subterfugios ilícitos con los cuales el crimen organizado y los especuladores financieros actúan. Todo ello revela que la violencia directa, provocada por el crimen organizado, y la violencia indirecta, provocada por el actual sistema económico neoliberal excluyente, están íntimamente relacionadas, y son las causas principales del incremento de una sociedad incivil a nivel planetario y del incremento de los flujos migratorios.
Consecuencia de todo ello es que millones de personas, que anualmente son excluidas del derecho al desarrollo y de los derechos más elementales –derecho a la alimentación, al trabajo, a la vivienda, a la salud y a la educación en América Latina-, encuentran en la migración la única opción para salir de esta situación y se ven obligadas a migrar para poder subsistir o para buscar mejores condiciones de vida para sus familias. De esta forma, de ser receptora de inmigración de ultramar, en las últimas dos décadas América Latina se convirtió en una de las regiones con los índices más altos de emigración a nivel mundial. En la actualidad los emigrantes representan el 4% de la población de América Latina. En la década de 1960, por ejemplo, el número de migrantes intra-regionales en América Latina llegaba a poco más de un millón y medio de personas, mientras en la década de 1990 había superado los once millones (Barry Mirkin).
Las migraciones, comparadas con el incremento de los flujos de bienes y capitales provocados por el proceso de globalización, son la línea marginal o la última frontera del proceso de globalización, especialmente debido a las políticas restrictivas implementadas por los países desarrollados y receptores de migrantes, entre los cuales destacan Estados Unidos y Europa. En este sentido, la situación contemporánea resulta paradójica, puesto que, en un mundo más globalizado e interconectado que nunca, donde los flujos financieros y de comercio se liberalizan, la movilidad de las personas, en cambio, se enfrenta a fuertes barreras que la restringen. La migración internacional actualmente está excluida del proceso de globalización neoliberal. Tal exclusión constituye una de las características distintivas del actual sistema económico mundial. Esta visión restringida de la globalización, es decir, focalizada en el factor económico, sin el factor movilidad humana, plantea una cuestión ética que, además de la tensión entre el derecho legítimo del Estado a regular las migraciones y el derecho inherente de las personas a la libertad de movimiento, ponen también de manifiesto la tensión ética y estructural que subyace en el derecho de la persona a migrar y el derecho del Estado a regular el ingreso, la permanencia y la salida de migrantes. Tal dimensión ética revela, de forma general, la relación entre las migraciones internacionales y la justicia global, y en particular, la exigencia de un cambio del actual sistema económico mundial en el cual se contemple la ampliación del ámbito de la justicia distributiva más allá de las fronteras nacionales para que también los migrantes tengan acceso y sean protegidos por la justicia. En este sentido, la definición de políticas migratorias justas e incluyentes requiere una racionalidad ética fundamentada en el reconocimiento y respeto de la dignidad y los derechos humanos que supere la perspectiva de una ciudadanía vinculada a la nacionalidad y considere la gobernanza global y ética de las migraciones.
Es esta perspectiva incluyente del reconocimiento de la dignidad humana y de los derechos humanos que supera las fronteras geográficas nacionales y aboga por una ciudadanía universal de todos los miembros de la familia humana la que podrá motivar la corresponsabilidad de los Estados, los organismos internacionales y los actores de la sociedad civil en lo que respecta al reconocimiento, la protección y la promoción de los derechos humanos inalienables de los migrantes y sus familias. Por otra parte, aunque las políticas públicas sobre migraciones sean justas e incluyentes, éstas seguirán siendo solamente parches en la herida si no se cambia el actual sistema económico excluyente, que es la causa principal de la exclusión de los migrantes del derecho al desarrollo y a la convivencia social en igualdad de condiciones con los nacionales.
Lo anteriormente expuesto revela la necesidad de una consideración global de la justicia, entendida como justicia global, y de la corresponsabilidad de los Estados y la sociedad civil para tratar las migraciones éticamente. Por otra parte, la solución de la paradójica disfuncionalidad del actual proceso de globalización excluyente, que no está funcionando para los pobres, los migrantes y el medio ambiente, es la definición de una estrategia de gestión ética de la misma y de su domesticación al servicio de una mejor calidad de vida para toda la humanidad. Ello requiere de un cambio sistémico de la economía actual, hacia la otra economía, que esté al servicio de las personas y no las personas al servicio de la economía.

Cile

Celebriamo con il Cile la Festa dell’Indipendenza (1810). I cattolici sono 11 milioni su una popolazione di 16,5 milioni.


(dall'Agenda Biblica e Missionaria EMI)

17 settembre 2013

Sant'Egidio: "Il Coraggio della Speranza"

Si svolgerà a Roma l'Incontro Internazionale per la Pace dal titolo “Il coraggio della speranza: religioni e culture in dialogo”.
Dal 29 settembre al 1 ottobre 2013 centinaia di leader di tutte le religioni e personalità del mondo della cultura e della politica, da più di 60 Paesi, convergeranno a Roma nei giorni di fine settembre, facendo della nostra città la capitale della pace e della convivenza, simbolo per il mondo intero. Si tratta della ventisettesima edizione di quegli incontri attraverso i quali, partendo dalla storica Giornata di Preghiera del 1986 voluta dal Beato Giovanni Paolo II, Sant’Egidio ha diffuso lo “spirito di Assisi” in tanti Paesi europei e mediterranei. 
In queste occasioni si intreccia l’amicizia, il dialogo umano e culturale, la preghiera come forza dello spirito. C’è un grande valore nell’essere insieme tra donne e uomini di religione, quando si realizza un autentico incontro, fatto di dialogo sincero e si prega gli uni accanto agli altri. Si realizza così l’immagine vera di un mondo di pace: è la civiltà del vivere insieme. 
Oltre venticinque anni di cammino nello spirito d’Assisi hanno dimostrato come la forza spirituale fondi una pace vera. Le religioni cambiano l’uomo dal di dentro, suscitando un atteggiamento pacifico. Crediamo che oggi sia quanto mai prezioso riaffermare con il coraggio della speranza la via del dialogo come indicazione per un futuro vivibile per tutti. Le numerose e qualificate conferme pervenute finora già permettono di disegnare un avvenimento ricco e importante, con contributi di grande significato, in un tempo come il nostro che finalmente presenta segni nuovi di ripresa umana e spirituale.
Il convegno, come è consuetudine, si articolerà in un’Assemblea Plenaria di Apertura, che avrà luogo domenica 29 settembre presso l’Auditorium “Conciliazione”. Numerosi Panel si svolgeranno nelle tre sessioni di lunedì 30 settembre mattina, pomeriggio e martedì 1 ottobre mattina, in diverse sale, tutte nel centro storico della città. La Cerimonia Finale del Meeting, dopo gli incontri di preghiera delle diverse religioni, avrà luogo la sera di martedì 1 ottobre in Piazza del Campidoglio. Allora sarà proclamato l’Appello di Pace di Roma 2013.

Segreteria organizzativa:
Email pace.roma2013@gmail.com

Il programma
http://www.santegidio.org/

'Missione senza se e senza ma', l'ultima opera di padre Gheddo

di Sandro Magister

Il percorso della missione della Chiesa dal Concilio Vaticano II alla Chiesa di papa Francesco; le ambiguità del post-concilio, con una missione senza Cristo, ridotta a umanitarismo; l'attualità della Redemptoris Missio, l'enciclica di Giovanni Paolo II. Il tutto raccontato da un testimone in prima linea. L'introduzione del vaticanista Sandro Magister, all'ultima fatica del missionario del Pime, p. Piero Gheddo.

Roma - Alla vigilia dell'ultimo conclave, il cardinale argentino che sarebbe divenuto papa aveva ammonito: "Ci sono due immagini di Chiesa: la Chiesa evangelizzatrice che esce da se stessa, o la Chiesa mondana che vive in sé, da sé, per sé". Il dramma della Chiesa cattolica di questi ultimi decenni è tutto qui. La Chiesa missionaria, che sembrava al culmine della sua spinta espansiva all'inizio del Concilio Vaticano II, ha avuto un repentino crollo. Ed è stata largamente soppiantata da una Chiesa che si diceva e si dice più "aperta", ma talmente aperta al mondo da vederlo salvato anche senza conoscere e accogliere Cristo, e quindi anche senza annuncio del Vangelo e conversione e battesimo, in breve, senza più missione.
Padre Piero Gheddo è un testimone straordinario di questo dramma. Missionario da sessant'anni, ne ha vissute in prima linea tutte le fasi, che qui racconta e analizza con molte rivelazioni inedite riprese dai suoi fogli di diario. Soprattutto sui retroscena di due documenti capitali alla cui scrittura egli lavorò intensamente: il decreto conciliare sulle missioni e l'enciclica con cui un quarto di secolo dopo Giovanni Paolo II tentò di ravvivare nella Chiesa quella coscienza missionaria che sembrava sul punto di perdersi.
Al Concilio, padre Gheddo fu chiamato subito come perito. E presto capì che "la missione alle genti era considerata l'ultima o la penultima ruota del carro ecclesiale". La stesura di quello che diventò alla fine il decreto "Ad gentes" passò attraverso sette rifacimenti successivi. Rischiò di essere cancellato del tutto. A metà del cammino il lavoro fin lì fatto fu accantonato, con l'ordine perentorio di ridimensionare il tutto in un breve elenco di "proposte".
A risollevare le sorti del documento fu la capillare azione di convincimento messa in opera dai padri conciliari più impegnati sul campo. C'erano tra questi, ricorda padre Gheddo, dei "missionari di foresta che solo al vederli non si poteva dire loro di no". Ciò non toglie che "c'era in commissione un senso di ansia, in qualcuno quasi di disperazione". Il miracolo avvenne sul finire del Concilio. Dopo ulteriori, faticosissime riscritture, il decreto fu approvato nell'ultima seduta pubblica con 2.394 voti favorevoli e solo 5 contrari, il più alto livello di unanimità mai raggiunto.
Già nell'immediato dopoconcilio, tuttavia, il sogno di una nuova Pentecoste missionaria cedette il passo a una realtà opposta. Si riduceva l'obbligo di evangelizzare a impegno sociale. Ma il Padre non ha mandato il Figlio sulla terra per scavare pozzi, né la Chiesa può ridursi a un'agenzia di pronto soccorso. Per contrastare questa deriva, Paolo VI convoca nel 1974 un sinodo sull'evangelizzazione. L'anno dopo pubblica un’esortazione apostolica, la "Evangelii nuntiandi", per riaffermare con forza che "anche la più bella testimonianza si rivelerà a lungo impotente se il nome, l'insegnamento, la vita e le promesse, il regno, il mistero di Gesù di Nazaret, Figlio di Dio, non sono proclamati".
"Ma Paolo VI non fu ascoltato", commenta padre Gheddo. E anche il suo successore Giovanni Paolo II, con l'enciclica "Redemptoris missio" del 1990, si scontrò con un muro di incomprensione. Il fuoco di sbarramento entrò in azione prima ancora che l'enciclica fosse scritta. È inutile, si obiettava, ha già detto tutto il Concilio. Quando invece, spiega padre Gheddo, papa Karol Wojtyla voleva proprio dire forte ciò su cui il decreto "Ad gentes" era stato troppo timido o silenzioso.
Quando Giovanni Paolo II chiamò a Roma padre Gheddo e gli affidò il compito di scrivere l'enciclica, per il missionario cominciarono mesi di lavoro mozzafiato: "scrivere, pregare, mangiare e dormire, nient'altro". Finito un capitolo, lo faceva arrivare al papa, che alcun giorni dopo glielo rimandava con le sue annotazioni a margine, scritte a matita o con la biro: qui aggiungi questo, spiega meglio il concetto, cita questo passo del Vangelo. Ultimata la prima stesura, ce ne vollero una seconda e una terza, a loro volta inviate sotto segreto a una serie di persone, per raccoglierne le osservazioni. La segreteria di Stato coordinava il tutto e anche metteva del suo, smussando e cancellando le espressioni che giudicava "non adatte a un papa". Ma lo stile diretto, "giornalistico", di padre Gheddo, che papa Wojtyla aveva voluto, in buona misura è rimasto. La "Redemptoris missio" è l'enciclica meglio scritta delle quattordici di quel pontificato.
Poi è venuto Benedetto XVI, anche lui papa dalla fortissima sensibilità evangelizzatrice e anche lui in questo largamente incompreso. Il 3 dicembre 2007, festa del missionario per eccellenza Francesco Saverio, la congregazione per la dottrina della fede pubblica una "Nota dottrinale su alcuni aspetti dell'evangelizzazione" che inizia diagnosticando con molto realismo l'anemia missionaria della Chiesa attuale: "Si dice che basta aiutare gli uomini a essere più uomini o più fedeli alla propria religione, che basta costruire comunità capaci di operare per la giustizia, la libertà, la pace, la solidarietà. Inoltre, alcuni sostengono che non si dovrebbe annunciare Cristo a chi non lo conosce, né favorire l'adesione alla Chiesa, poiché sarebbe possibile essere salvati anche senza". Eppure anche questo documento è parso cadere nel vuoto. "È stato quasi ignorato dalla stampa cattolica e missionaria", scrive padre Gheddo.
Nonostante tutto, il libro termina con annotazioni cariche di fiducia. Al crollo delle vocazioni missionarie nel vecchio mondo corrisponde la vitalità delle giovani Chiese, che si fanno esse stesse missionarie fuori dei propri paesi. In Africa, in Asia, l'espansione del cattolicesimo è più vivace che mai. Ma proprio i leader di queste giovani Chiese sono convinti che il ruolo dei missionari italiani, europei, nordamericani non deve essere consegnato al passato. Padre Gheddo riporta le parole di un vescovo del Camerun: "Abbiamo una fede certamente molto viva e ne ringraziamo il Signore, ma è una fede emozionale, superficiale, non ancora penetrata in profondità. Se non avessimo più missionari stranieri, sono convinto che in venti o trent'anni torneremmo sotto gli alberi a fare sacrifici agli spiriti. I missionari ci portano il respiro della Chiesa universale, che ha una storia e una tradizione che noi non abbiamo".
Con papa Francesco la sfida continua. In questo libro, padre Gheddo ce la racconta come mai nessuno prima di lui ha fatto.


16 settembre 2013

Suor Maria Bambina PEROSSI

Carissime sorelle, la sera del 13 settembre 2013, dalla Casa “Sacra Famiglia” di Contra di Missaglia (Lecco), il Signore ha introdotto nella gioia eterna del Paradiso la nostra cara sorella Suor Maria Bambina PEROSSI. Nata a Rancio di Lecco l’8 settembre 1924. Professa a Contra di Missaglia (Lecco) il 6 agosto 1949. Appartenente all’Ispettoria Lombarda “Sacra Famiglia” - Italia.
Maria Bambina nacque a Rancio di Lecco il giorno in cui la Chiesa celebra la festa della natività di Maria. Una coincidenza provvidenziale perché assieme al nome di Maria, assunse anche quei tratti di semplicità, mitezza, umiltà che l’accompagnarono per tutta la vita.
Seconda di quattro figli, visse l’infanzia e la fanciullezza nella serenità di una famiglia particolarmente unita nell’amore e nella fede e dove la bellezza delle montagne e l’azzurro del lago rispecchiavano la grandezza e la bontà di Dio.
Nell’età dell’adolescenza, a causa di un dissesto finanziario familiare, Maria Bambina venne assunta, come operaia, nello stabilimento degli zii materni.
“Sentendomi chiamata alla vita religiosa, racconta lei stessa, ebbi l’idea di entrare dalle suore di Maria Bambina, come inserviente per guadagnare la dote ed entrarvi definitivamente, ma fui sconsigliata sia dai genitori che dal Parroco, perciò decisi di aspettare fino a 21 anni”.
Nel frattempo scoppiò la seconda guerra mondiale e un buon numero di FMA sfollarono da Milano a Lecco e Maria Bambina poté frequentare le suore e conoscere il carisma dell’Istituto.
Compiuti 21 anni, il giorno in cui i genitori festeggiavano il loro 25° di nozze, lasciò i suoi cari e, accompagnata dalla mamma, entrò nell’Istituto delle FMA a Milano in via Bonvesin de la Riva. Essendo entrata il 26 marzo 1946 dovette aspettare il gennaio dell’anno seguente per iniziare il postulato; nel frattempo venne inviata nella comunità di Castano Primo dove fece le prime esperienze di vita di comunità e di apostolato nella Scuola dell’infanzia e nel laboratorio di cucito. Dopo qualche mese di postulato, il 5 agosto 1947 entrò in noviziato a Contra di Missaglia e, il 6 agosto 1949, emise i primi voti.
Dopo la Professione religiosa, avendo fatto la domanda missionaria, venne inviata a Torino per la preparazione e il 5 agosto 1950 partì per il Giappone. Per 5 anni lavorò a Beppu donandosi nell’assistenza agli orfani e nello studio della lingua giapponese che divenne per lei una seconda lingua e la rese veramente giapponese tra i giapponesi. Dal 1955 al 1961 passò a Oita come economa. Dal 1962 al 1970 fu direttrice nelle case di Yamanaka, nel noviziato di Chofu “S. Giuseppe” e a Chofu “Mamma Margherita” presso i Salesiani. Dopo un anno a Setagaya come guardarobiera, trascorse alcuni anni a Tokyo nella casa ispettoriale come guardarobiera e infermiera. Lavorò anche a Chofu e a Yamanaka.
Nel 1983, dopo 33 anni di missione in Giappone, venne in Italia per il corso delle missionarie e si ammalò. Da allora rimase in Casa Generalizia come aiutante in laboratorio e in guardaroba e, nel 2003, passò a Contra di Missaglia. Conservò sempre la sua caratteristica capacità di irradiare gioia in comunità. Riconoscente per ogni minima attenzione, era chiamata l’angelo delle piccole cose. Anche nella malattia fu ammirevole per la sua accettazione serena, completamente abbandonata alla volontà di Dio.
Scrive la sua infermiera: “Suor Maria Bambina è stata per noi una testimonianza vera di operosità silenziosa e umile. Lasciava trasparire l’amore verso Dio e verso il prossimo”. Se n’è andata in silenzio, così com’era vissuta, lasciando in tutte un ricordo di commossa ammirazione.
L’Ispettrice
Suor Graziella Curti

Messico e Papua Nuova Guinea

Con il Messico festeggiamo l’Indipendenza (1810). I cattolici sono 123 milioni su una popolazione di 142 milioni. La chiesa è nel mirino delle organizzazioni dei narcotrafficanti. Dal 1993 al 2009 vengono uccisi quindici sacerdoti, tra i quali il cardinale Juan Jesús Posadas Ocampo.
Con Papua Nuova Guinea celebriamo l’Indipendenza (1975). Il numero di cattolici ammonta a 1,5 milioni, il 35% dei 4 milioni di abitanti.


(dall'Agenda Biblica e Missionaria EMI)

15 settembre 2013

LECTIO DIVINA, Dom XXIII, Ciclo ‘C’ (Lc 15, 1-32)

Juan José Bartolomé, sdb

Resultaba incomprensible para los bienpensantes de su tiempo que Jesús frecuentara pecadores y comiera con publicanos. Y no les faltaba razón. Quienes, por profesión o por mala vida, vivían situaciones ‘impuras’, alejados de Dios, no eran compañía adecuada para un hombre de Dios. Para escándalo de ‘los buenos’, Jesús no sólo no evitaba a los malos, es que, además, convivía con ellos.
Poderosas razones tenía que tener para atreverse a trasgredir las normas sociales imperantes y herir con ello la sensibilidad de los más piadosos. Y en verdad que las tenía. Las expuso en uno de los discursos más logrados de todo NT. En él legitima su extraño proceder escudándose que lo que hacía era la voluntad de Dios. Defendiéndose del reproche, desconcierta aún más a sus ya sorprendidos acusadores, al alegar que, en realidad, no está haciendo otra cosa que lo que el mismo Dios quiere. Su comportamiento es copia del comportamiento de Dios; convive con quienes Dios quiere convivir, frecuenta a los que Dios quisiera aproximarse. La razón, la inspiración, de su actuación con los pecadores es el mismo Dios.

SEGUIMIENTO:
En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle.
Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: «Ése acoge a los pecadores y come con ellos.»
Jesús les dijo esta parábola:
«Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra?
Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento;
y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: "¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido."
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra?
Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas para decirles: alégrense
he encontrado la moneda que se me habla perdido. "
Les digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.»
También les dijo: «Un hombre tenía dos hijos.
El menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte que me toca de la fortuna." El padre les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.
Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.
Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos.
Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba comer.
Recapacitando entonces, se dijo: "Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre.
Me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti;
ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros."
Se puso en camino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó cuello y se puso a besarlo.
Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo."
Pero el padre dijo a sus criados: "Saquen en seguida el mejor traje y vestidlo; pónganle un anillo en mano y sandalias en los pies;
Traigan el ternero cebado y mátenlo; celebramos un banquete,
porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado." Y empezaron el banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y el baile,
y llamando a uno de los mozos, le preguntó qué pasaba.
Éste le contestó: "Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud."
Él se indignó y se negaba a entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo.
Y él replicó a su padre: "Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos;
y cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tu bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado."
El padre le dijo: "Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo:
deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado."»

I. LEER: entender lo que dice el texto fijándose en cómo lo dice

Lucas ha creado un escenario en el que coloca tres parábolas agrupadas en torno a un mismo tema. El conjunto es un texto de notable factura literaria, que narra sucesos de la vida de sus oyentes, lleno de matices y con un mensaje único: la alegría que Dios siente al perdonarnos.
El contexto narrativo es breve (Lc 15,1-2). Y hace del comportamiento habitual de Jesús lo que fue un episodio. Jesús se hacía escuchar y se dejaba acompañar por personas de escasa y mala, reputación. Una conducta que, escandalizaba a ‘los buenos’: “dime con quién andas y te diré quién eres”.
La respuesta de Jesús no es, en rigor, una réplica directa. Es todo un discurso, construido con parábolas. Da razón de su actitud narrando tres historias. Le importa que le enciendan por qué es así. Pero no se justifica a sí mismo. Habla, más bien, y bajo el ropaje velado de la imagen, de Dios y de sus preferencias. Implícito queda dicho que Jesús, conviviendo con pecadores, no hace más que lo que Dios quiere, acercarse a ellos y, si le es posible – en el tercer ejemplo no lo fue – goza perdonándolos.
Las dos primeras parábolas, simétricas, presentan rápidamente dos casos de extravío de la vida real: el de un pastor que pierde una de sus (cien) ovejas (Lc 15,3-7), la mujer extravía una de sus (diez) monedas (Lc 15,8-10). La pérdida ocasiona la búsqueda ansiosa. La recuperación no sólo restituye lo extraviado, sino que llena de alegría a quien reencuentra lo que creía haber perdido. Como esa alegría, tan humana, es la alegría de Dios y de todo el que le acompañe (en el cielo, sus ángeles).
La tercera parábola, mucho más desarrollada, tiene como protagonista a un padre que tenía dos hijos, muy diferentes, por cierto (Lc 15,11-32). El primero empobrece al padre privándole de su patrimonio y de su cercanía; lejos del padre derrocha sus haberes y su vida. Hambriento y temiendo la muerte, entra en sí mismo y recupera, aún en la lejanía, a su padre. Y se dice a sí mismo lo que va a decir a su padre, cuando se encuentre con él. El padre no le dejará hablar; le basta con tenerle de nuevo para hacer una fiesta y muy grande (Lc 15,11-24).
El hijo mayor siempre estuvo en casa, trabajando para su padre; jamás se sintió libre, ni hijo, pues trabajaba como un siervo. No pudo gozar la fiesta por el hermano, ni entender las razones de su padre (Lc 15,25-32). No sabemos – no lo dice el narrador – si entró en la fiesta, si aceptó al consumado malhechor como hermano recién llegado, si compartió con su padre la alegría de verlo de regreso. No fue el hijo que abandonó al padre, sino aquel que siempre le había servido, quien al final cuestionó la vida de familia y las ganas del padre de hacer fiesta

II. MEDITAR: aplicar lo que dice el texto a nuestra vida

Jesús explica su sospechoso comportamiento con parábolas: no rehúye malas compañías porque quiere el bien del pecador, su perdón, y el gozo de Dios. El pastor, la mujer y el padre sienten la pérdida de lo que les pertenece y la alegría al recuperarlo. No va a ser menor la alegría de Dios: ¡curioso ese Dios de Jesús que puede sentir la pérdida de algo que le es suyo, que sufre de ansia mientras lo busca y que encuentra la alegría cuando ve otra vez lo que había perdido. En el pecador que vuelve a Él, Dios recobra la alegría. Quien vuelve a casa devuelve la alegría a su hogar, como el hijo que iba en búsqueda de un patrón y se encontró con un padre pronto al afecto y a la fiesta. ¡Qué manera tiene Dios de alegrarse! Quien abandonó a Dios, o simplemente lo perdió de vista, volviendo a Él puede devolverle el gozo.
Si nosotros, como como Jesús, nos afanamos porque Dios recupere a los que se habían alejado de su presencia, contribuiremos a que Él se mantenga alegre. Así es Dios y la alegría de Dios vale más que cualquier crítica de los que ven la vida de manera muy diferente a como Él la ve. Difícilmente podemos entender a Jesús, si lo pensamos solo y siempre con los buenos. Él quiso que gente, poco recomendable le acompañara en público y en privado.
A cuántos nos irrita que Jesús prefiera a los que no logran ser buenos, como somos nosotros. Se nos hace increíble que personas de dudosa reputación consigan más fácilmente los favores de Dios y que quienes fatigamos por ser buenos no los tengamos. ¿Cómo es posible que Dios se lleve mejor con los malos que con los buenos?
Jesús responde contando tres parábolas. El pastor que pierde una oveja entre ciento, la mujer que extravía una moneda de las diez que tenía y el padre que ve marcharse de casa al hijo menor. Los personajes se parecen a Él, que busca y que halla con alegría lo perdido. Si perdemos algo de valor, lo buscamos; ¿es normal que, como el pastor, la mujer y el padre, demos más importancia a lo que perdimos que a lo que conservamos?. ¿Es así como, realmente, se comporta Dios?
El pastor abandonó al rebaño en lugar inseguro, un comportamiento algo imprudente; la mujer dejó el cuidado de su casa, una actitud nada inteligente y el padre vivía como si sólo tuviera el hijo que se le fue de casa, una postura poco justa con el que aún le quedada.
Aunque nos pese y con el riesgo de no entenderle bien, así es nuestro Dios, nos dice Jesús, que se interesa por recuperar lo perdido y no tanto de cuidar lo que de por sí ya tiene; poco le duele abandonar a los suyos para buscar lo que, perteneciéndole, ha perdido; se preocupado más por lo que le falta; se fatiga por recuperar lo que es suyo y no tanto por conservarlo en su poder. No nos hubiéramos imaginado tal manera de ser, - tan insólita como irracional -, si Jesús mismo no nos hubiera revelado que así es Dios.
Jesús no impidió a los malos que le acompañaran, porque desconociera su malicia, la negara o la disculpara, sino porque deseaba darles la oportunidad de hacerlos buenos.
Bien sabía Jesús que la ilusión más grande que puede alimentar Dios está en la conversión del pecador. Como el pastor que, encontrada la oveja, rencuentra su alegría y la comparte con sus amigos; como la mujer que no puede acallar el gozo que le produce el hallazgo de la moneda extraviada y lo celebra con sus vecinas y como el padre que, al regreso del hijo pródigo al hogar, llena su casa de fiesta y música, Dios se alegra por el regreso del pecador. Y por injustificado que nos parezca, la fidelidad de todos los que nunca lo han abandonado no le produce el gozo que le da el regreso del que un día se fue lejos de Él.
Recuperando lo perdido, Dios recupera lo suyo y la alegría. Quien vuelve a Dios, además de restituirle lo que le es debido, le causa una felicidad tan grande que no puede guardársela para sí solo. Es Dios, como el pastor o el ama de casa, quien más sale ganando, cuando halla lo que se le había extraviado: recupera sus bienes y la alegría.
Nos puede parecer una exageración, pero es la verdad. Si damos fe a las palabras de Jesús, Dios se siente feliz, como el padre que acoge al hijo perdido, cuando puede ofrecer de nuevo hogar y bienes a quien, por haberlo abandonado y haberlos desperdiciado, se sabe indigno de ellos. La oveja que se extravió no recibió maltrato alguno del pastor, tras ser encontrada; una vez hallada, la moneda perdida volvió a formar parte del capital de la mujer; vuelto a casa, el hijo pródigo se encontró con el amor del padre y con su empeño de celebrar un banquete.
Según Jesús, la alegría que Dios siente cuando vuelve a Él un solo pecador es siempre superior - y posterior - a la pena que sintió cuando se le perdió. Los justos no causan tanta alegría; mejor, lo alegran, porque antes no le causaron ningún dolor. Pero el pecador, como el hijo que rompió el corazón del padre, al que empobreció abandonándolo, es capaz de alegrar a todo un Dios.
No hay pecado lo suficientemente grave ni falta demasiado vergonzosa que nos impida volver a Dios; regresando a Él, aunque lo hayamos abandonado, le regresamos la alegría, ¿por qué no nos proponemos volver a su casa? ¿Quienes hemos pecado, podríamos soñar con ser causa de la alegría de Dios? Parezca justo o no, quien nunca se fue, no puede devolver la alegría a quien nunca lo perdió. El Dios de Jesús, como el pastor, la mujer, el padre de dos hijos, reencuentra la alegría de vivir cuando encuentran lo que había perdido. ¿No es esta una buena y estupenda, razón dedicar toda una vida buscando la alegría de Dios, haciendo que su hijo, el que se fue, regrese a Él?
Jesús conocía el modo de ser de Dios y la manera de alegrarlo, por eso buscaba a los pecadores para hacerle feliz. Dios recupera sus bienes queridos y su alegría cuando regresa un pecador a Él. Jesús sabía lo que significa para su Padre la conversión del pecador.
¿Por qué no dedicarnos a buscar a los que se han alejado de Dios y de su amistad? Sería una ocupación que merecería la pena, aunque hubiera quien se escandalice.
El discurso de Jesús no acaba bien. No sabemos si el hijo mayor entró en casa y participó en la alegría de Padre. No sabemos si el padre, al final, perdió al hijo que nunca se le había ido. Los (que se creen) ‘buenos’ corren ese peligro: servir a Dios siempre como fieles siervos, no conocer la alegría de estar con él en casa, no reconocer como hermano al hijo del propio padre… Y si no acepta la alegría de recuperar al hermano, acabar por “robarle” a Dios su alegría y su paternidad.

III. ORAMOS nuestra vida desde este texto.

Dios Bueno, queremos ser tu alegría. Queremos que los que se han ido lejos de Ti, regresen y se sientan nuevamente tus hijos. Que haya fiesta en tu casa, que es la nuestra; que colaboremos en la redención; que nos comprometamos para que quienes te han perdido sientan necesidad de buscarte, de estar nuevamente contigo y te llamen otra vez: ¡Padre!, ¡Padre nuestro!
No permitas que nos acostumbremos a estar a tu lado cuando muchos no lo están. Haznos misioneros, como Cristo Jesús, tu Hijo. Llénanos del amor y la fortaleza de tu Espíritu para que favorezcamos la fiesta. Que nos la ganemos y la compartamos trabajando por la conversión de este mundo que es tuyo y por ello, también nuestro. ¡Así sea!


Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua.

Siamo in festa con cinque paesi dell’America centrale che celebrano l’Indipendenza (1821). Sono: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua. In tutti, i cattolici sono la maggioranza della popolazione. Negli ultimi decenni queste chiese sono state segnate dal martirio. Ricordiamo due vescovi martiri: Óscar Romero del Salvador e Juan Gerardi del Guatemala.


(dall'Agenda Biblica e Missionaria EMI)

14 settembre 2013

Missionarie di pace e di fraternità


Carissime sorelle,
«L’umanità ha bisogno di vedere gesti di pace e di sentire parole di speranza e di pace!» (Papa Francesco)
Il mese di agosto è stato segnato da momenti significativi per l’Ambito Missione ad/inter gentes.
Il 17 agosto, come sapete, abbiamo celebrato i 99 anni della scomparsa di Sr. Angela Vallese, avvenuto a Nizza Monferrato il 17 agosto 1914. Ci avviciniamo al centenario di questa grande missionaria della prima ora: 2014!
È molto bello ricordare che Sr. Angela Vallese, pur nelle difficoltà, era capace di bene-dire le persone, gli eventi, l’intera esperienza missionaria.
Chiediamo a lei che imprima nelle missionarie di oggi, presenti e future, il suo forte slancio apostolico missionario perché anche la loro presenza nelle diverse parti del mondo, sia una benedizione per le comunità e per la gente.
È una grande gioia comunicarvi che sono arrivate in Casa Generalizia le 14 neo-missionarie che si preparano per la missione ad gentes. In questo momento, il gruppo cammina verso la conclusione del corso intensivo di italiano e dal 19 al 27 settembre faranno una bella Esperienza Carismatica – Missionaria a Mornese, e il 28 - 29 parteciperanno all’Harambée e poi alla grande Celebrazione Eucaristica nella Basilica di Maria Ausiliatrice con la consegna del crocifisso missionario. Quest’anno riceveranno il crocifisso 16 FMA; due di loro già sono in missione.
In questi giorni arrivano anche le Missionarie che parteciperanno al corso di Formazione Permanente all’UPS. Avremo in Casa Generalizia fino a dicembre un bel gruppo di 20 sorelle, tra neo-missionarie e missionarie. Vi chiediamo una preghiera perché possano vivere questa esperienza con il cuore aperto e consolidare ancora di più le loro radici nel mandato missionario di Gesù: “Andate in tutto il mondo …”.
Durante il mese di agosto e nei primi giorni di settembre ho potuto visitare le nostre missioni nel Chaco Paraguayo e realizzare giornate di animazione missionaria nell’Ispettoria “San Michele Arcangelo” – Paraguay, e anche nell’Ispettoria “Santa Caterina da Siena” - San Paolo, Brasile. Sono state giornate molto significative e di animazione reciproca. Ho goduto molto nel vedere sorelle felici nella missione, donando la vita con gioia ed entusiasmo salesiano. Ringrazio il Signore per queste belle testimonianze missionarie e chiedo per loro tante grazie e benedizioni perché continuino ad essere l’espressione visibile dell’amore tenero e misericordioso di Dio ai giovani, ai bambini e a tutti i popoli.
Il Carisma Salesiano, se vissuto con gioia, non ci lascia ad «accarezzare la pecora che è al sicuro», ma ci invia verso quelle che hanno bisogno di una presenza di speranza, che restituisce dignità e vita a tutti.
Carissime sorelle, cerchiamo di essere oggi, nelle nostre comunità e con i giovani e la gente, missionarie di pace e di fraternità perché il mondo creda e ci sia meno violenza e guerra e più umanità.
In comunione e nella preghiera reciproca, un grande abbraccio.
Sr. Alaide Deretti
Consigliera Ambito Missione ad/inter gentes


10 settembre 2013

Belize e Gibilterra

Con il Belize festeggiamo il giorno della Patria. I cattolici sono 218.938, il 76% degli abitanti.
Con Gibilterra celebriamo il Referendum Nazionale. I cattolici sono 21.470, corrispondenti al 78% degli abitanti.


(dall'Agenda Biblica e Missionaria EMI)

9 settembre 2013

Suor Carmel CRANNY

Carissime sorelle, il 26 agosto 2013 dall’Ospedale centrale di Johannesburg (Sud Africa), il Signore ha chiamato a sé in Paradiso la nostra cara sorella Suor Carmel CRANNY. Nata a Liverpool (Inghilterra) il 17 dicembre 1938. Professa a Henley-on-Thames (Inghilterra) il 5 agosto 1960. Appartenente all’Ispettoria Africa Meridionale “N. S. della Pace”.
Suor Carmel proveniva da una famiglia di profonda fede; aveva una sorella e sei fratelli. Terminata la scuola, partecipò ad un incontro vocazionale a Liverpool e restò attratta dal carisma salesiano e dalla missione educativa con i bambini e i giovani. Decise perciò di seguire Gesù nell’Istituto delle FMA. Fu accolta nell’Aspirantato all’età di 19 anni e il 31 gennaio 1958 iniziò il Postulato a Cherstey e trascorse i due anni di Noviziato a Henley-on-Thames dove emise la professione il 5 agosto 1960.
Visse i primi anni in Inghilterra dove fu insegnante nella casa di Henley-on-Thames per un anno, poi a Cherstey si dedicò allo studio fino a conseguire il diploma di economia domestica. Lavorò poi fino al 1968 nelle case di Sandgates, Henley-on-Thames e Liverpool dove fu insegnante, assistente delle aspiranti e postulanti e impegnata nell’oratorio.
Espresso il desiderio di partire per le missioni, venne destinata al Sud Africa dove giunse nel 1969 nella comunità di Johannesburg. Fu assistente dell’oratorio e catechista. Nel 1970 fece ritorno in Inghilterra dove insegnò fino al 1976 a Cherstey e a Hastings. Nel 1976 la ritroviamo in Sud Africa nella casa di Paarl dove lavorò nella missione educativa con i bambini poveri fino al 1984. Fu poi per quattro anni in Lesotho nella casa di Maputsoe, da dove fece ritorno a Parrl. Vi restò fino al 1991 e in seguito passò a Johannesburg fino al 1999 dove fu educatrice nella scuola materna. Nel 2000 chiese di poter lavorare in Zambia e nella comunità di Lusaka Makeni fu vicaria e assistente delle ragazze a rischio. Purtroppo per una banale caduta, si ruppe il bacino e dovette restare per un po’ di tempo a letto. Recuperata la salute e il movimento, nel 2003 ritornò in Sud Africa a Walkerville dove fu catechista. Lavorò dal 2004 al 2010 a Paarl fino alla chiusura della casa e successivamente fu nella comunità “Maria Ausiliatrice” di Johannesburg dove restò fino alla fine della vita.
Suor Carmel era una donna di fede che amava il silenzio e la preghiera. Aveva un grande amore all’Eucaristia, a Maria Ausiliatrice e ai Santi salesiani. Era gentile nel tratto, ma anche decisa e determinata nel sostenere le sue idee. Appassionata per la catechesi, si impegnava nella preparazione in modo da donare Gesù ai giovani e agli adulti. Accogliente e ospitale, in comunità dava il suo contributo nel rasserenare il clima e sdrammatizzare le situazioni con quel senso di humour che le era caratteristico. Si dedicava attivamente ad aiutare i poveri nell’associazione “Mamma Margherita”. Visitava gli ammalati e anche religiose anziane di altre Congregazioni alle quali portava gioia e conforto.
Nel mese scorso, la salute di suor Carmel si indebolì e il 23 agosto fu ricoverata in Ospedale. Il giorno dopo poté ricevere la grazia dei Sacramenti e, sentendo ormai vicina la chiamata definitiva del Signore, il 25 disse: «Domani sarò in Cielo!» e così avvenne. Durante la malattia, non si lamentava, ma solo offriva la sofferenza per le vocazioni autoctone e per il prossimo Capitolo generale. Ringraziò ogni consorella che le era accanto e, quando l’Ispettrice le chiese un ricordo rispose: «Io non ero perfetta, ma ho cercato di impegnarmi…». Il giorno dopo, il 26 agosto, in pace e tranquillità, consegnò la sua anima a Dio.
Ringraziamo suor Carmel perché è rimasta fedele fino alla fine, anche nella sofferenza e nelle difficoltà, e offriamo per lei la nostra preghiera di suffragio.

L’Ispettrice
Suor Julienne Munyemba

Cambogia e Corea del Nord

Con la Cambogia celebriamo la Festa dell’Indipendenza (1953). La popolazione cattolica ammonta a 15.301, che è lo 0,12% della popolazione.
Con la Corea del Nord festeggiamo il Giorno della Repubblica (1948). La libertà di culto per i cattolici non è riconosciuta. In tutto il paese esistono tre soli luoghi di culto autorizzati per la fede cristiana: due protestanti e uno cattolico.


(dall'Agenda Biblica e Missionaria EMI)

8 settembre 2013

Andorra e Macedonia

Con Andorra festeggiamo la Giornata della Dama di Meritxell (1278). La chiesa cattolica nel principato è presente con 69.000 fedeli su 70.000 abitanti. Nostra Signora di Meritxell è la patrona della nazione.
Con la Macedonia celebriamo l’Indipendenza (1991). I cattolici sono 4.000 su una popolazione di 2 milioni.


(dall'Agenda Biblica e Missionaria EMI)

7 settembre 2013

Brasile

Con il Brasile festeggiamo l’Indipendenza (1822). I cattolici nell’immenso paese sudamericano sono 155 milioni (79%) su 184 milioni di abitanti.
9.504 parrocchie, 10.789 presbiteri, 1.759 diaconi, 13.308 seminaristi, 9.974 religiosi e 33.765 religiose.


(dall'Agenda Biblica e Missionaria EMI)