14 febbraio 2014

Ser con los jóvenes casa que evangeliza


Queridas Hermanas,

En este tiempo de preparación inmediata al próximo CGXXIII, os he pensado mucho. Se advierte una mayor sensibilidad misionera en el Instituto y la necesidad de un despertar misionero con la audacia de Don Bosco y de Madre Mazzarello, para ser con los jóvenes, con los más necesitados, CASA que evangeliza. «El amor impulsa al Éxodo y a salir de sí hacia nuevas fronteras para hacerse don: “El amor crece través del amor”.» (Actas CG XXII 33)

El amor de Cristo colma nuestros corazones y nos lanza a evangelizar (2Cor 5,14). El, hoy como ayer, nos envía por las calles del mundo para proclamar su Evangelio a todos los pueblos de la tierra (cfr Mt 28,19). En el cotidiano descubrimiento de su amor surgen las fuerzas y el vigor del compromiso misionero de todos los cristianos y de manera particular de cada FMA. La fe crece cuando es vivida como experiencia de un amor recibido y cuando se comunica como experiencia de gracia y de alegría.

«Cuando la Iglesia no sale de sí misma para evangelizar se vuelve autorreferencial y entonces se enferma (como la mujer encorvada del Evangelio). Los males que, en el transcurso del tiempo, afligen las instituciones eclesiales tienes su raíz en la autorreferencialidad, en una  especie de narcisismo teológico. En el Apocalipsis, Jesús dice que Él está sobre el césped y llama. Evidentemente el texto se refiere al hecho de que El está a la puerta y toca para entrar… Sin embargo a veces pienso que Jesús toca desde dentro, para que lo dejemos salir. La Iglesia autorreferencial pretende tener a Jesucristo dentro de sí y no lo deja salir.» (Intervención del Cardenal Bergoglio durante le Congregación general, marzo 2013)

El tiempo Cuaresmal que se acerca nos ayude a mantener fija la mirada en Jesucristo, «Aquel que da origen a la fe y la lleva a su plenitud» (Heb 12,2). Como en Mornese, el Señor conceda a cada FMA y al Instituto entero el ardor que lo haga disponible para anunciar en todas partes la Buena Noticia del Reino, como los Apóstoles que por la fe recorrieron el mundo entero, siguiendo el mandato de llevar el Evangelio a toda criatura (cfr Mc 16,15) y, sin ningún temor, anunciaron a todos la alegría de la Resurrección de la cual fueron fieles testigos.

El Señor, en este año del CGXXIII nos regale un corazón que sea casa abierta hacia el mundo de los jóvenes, de manera particular los pobres, los migrantes, los marginados. María nos acompañe y continúe indicándonos los lugares en los cuales el Hijo quiere ser reconocido, amado y anunciado.

En comunión y en la oración recíproca un fraterno abrazo.

Sr. Alaíde Deretti
Consejera para las Misiones ad/inter gentes

Nessun commento:

Posta un commento