6 settembre 2019

SEMINARIO DE FORMACIÓN SOBRE EL ACOMPAÑAMIENTO DE LAS VOCACIONES INDÍGENAS

“ALABADO SEAS SEÑOR, POR ESTE PUEBLO AMAZÓNICO”.
(P. Francisco en Pto. Maldonado)

Si, alabado seas Señor por encontrarnos aquí, por esta fiesta de acogida que se refleja en cada rostro que encontramos, por la alegría de pisar esta tierra bendita y fecunda que el Señor nos regala, porque el Instituto nos ha servido aquí una mesa de saberes, de valoraciones, de hallazgos y riquezas, de colores, frente al encuentro; experiencias rojas, amarillas y verdes en la formación que impartimos, reconocimientos humildes de ignorancias y fracasos, horizontes de esperanza abiertos para aprender y desaprender.
El segundo día empieza en la floresta entre cantos de pájaros y símbolos variados que el equipo itinerante preparó para nosotras: será una Eucaristía que dura toda la jornada y no permite distracciones. Cada elemento tiene interioridad, exterioridad y profundidad: podemos tocar, beber, comer, danzar, escuchar atentamente, cantar, expresar lo que sentimos, interpretar rituales minuciosamente preparados para ayudarnos a comprender que es necesario purificarnos, abrirnos, romper esquemas viejos, aceptar la diversidad, la unidad, la sinfonía de la manifestación de Dios en cada detalle y en el todo que contemplamos, admirar fascinadas cómo todo está interconectado. Al menos tres escenarios fueron los lugares para celebrar, comprender, comunicarnos, aunar sentimientos y utopías. Antes de irnos a descansar, la reflexión profunda sobre la formación en acto en las Inspectorías del Brasil, nos alerta en la búsqueda y nos llena de esperanza.
En el tercer día nos sentamos a pensar, a escrutar, a descubrir en la riqueza de las culturas indígenas esos valores indispensables para crecer en humanidad: silencio, sabiduría ancestral, espiritualidad, otra manera de vivir el tiempo para interiorizar y contemplar, la pasión por la vida común, por el servicio, el cariño por la autoridad y el valor de la obediencia, el amor por la tierra, la armonía fraterna.
Se requieren personas con parresía: audacia, coraje, valentía, sabiduría, para tejer las relaciones con nuestros pueblos originarios, aprender de ellos y permitir que la cultura y el carisma florezcan al mismo tiempo.

Para reflexionar:
Memoria viva de la misión que Dios nos ha encomendado a todos: Cuidar la Casa común… su cosmovisión, su sabiduría, tienen mucho que enseñarnos… viva la diversidad porque es principio divino… Iglesia con rostro amazónico, con rostro indígena.
Necesidad de conocer, valorar, purificarnos para acercarnos a estas culturas… abrirnos a otros paradigmas de formación.

Criterios y claves de lectura de la realidad:
Aceptación de la diversidad, respeto, valoración;
Interconexión;
Unidad;
Dios presente que se manifiesta;
Corresponsabilidad humana;
Dejarnos “preñar” por Dios como lo hizo María;
La tierra que pisamos es santa, hay que entrar con humildad;
Salir y disponerse a caminar descalzos;
Conocimiento de inserción, de compartir;
Acoger la diversidad;
Aprender de la realidad;
Romper esquemas, estructuras;
Desacomodarnos para acoger la riqueza del otro;
Apertura desde una profunda espiritualidad;
Diálogo, respeto, cercanía;
Reciprocidad, fidelidad a las raíces culturales;
Cómo integrar Carisma y Cultura;
Tiempo para dialogar, para encontrarnos;

Ha colaborado sor Gloria Elena García Pereira
Inspectoría “Maria Auxiliadora” – CMA (Colombia – Medellín)

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