29 novembre 2016

SOR FIORINA PARIS

PERFIL BIOGRAFICO DE SOR FIORINA PARIS

PROVINCIA “MARIA AUXILIADORA” -CMA-
Medellín – Colombia

Nació en Filago, Provincia de Bérgamo, Italia el 4 de octubre de 1930
Entra al Instituto de las FMA el 4 de octubre de 1946, en Arignano, Italia
Primera Profesión Religiosa en Casanova, Turín, el 5 de agosto de 1951
Profesión Perpetua el 5 de agosto de 1957, en Medellín.

El sábado 26 de noviembre a las 8:15 p.m. en la Casa de Salud “Villa Mornés de Medellín, muere la Hermana Fiorina Paris Seno, a la edad de 86 años, después de una enfermedad que llevó con entereza, serenidad y gozo vocacional.
De su historia vocacional leemos:
Fui acogida con amor por mis padres, Luigi y Rosina, quienes me brindaron cariño y un ambiente de mucha fe y de valores cristianos. Crecí en un ambiente de mucha sencillez, de trabajo y pobreza. La naturaleza, los animales, las flores, deleitaron mi vivir diario y con ello, mi sueño de entregarme al Señor.
La guerra llegó a templar y probar nuestra fe con largas noches de insomnio y días de dura hambre; el miedo era compañero de nuestra vida. A pesar de tantas dificultades, yo seguía amando al Señor y soñaba con entregarme a Él. ¿Dónde? ¿Cuándo? La Providencia se hizo presente. Un sacerdote de la Parroquia de Filago, Bérgamo, que conocía el Instituto de las FMA, me habló de él, y en poco tiempo, me ayudó a decidirme.
Él me llevó a Turín el 4 de agosto de 1946. Nada conocía, iba a ciegas; pero cuando conocí la primera FMA se me abrió el corazón y me dije: esto es para mí. Asistí a la ceremonia de la vestición y Profesión Religiosa, me entusiasmaron mucho y repetí nuevamente al Señor, que sí quería seguirle.
En el tiempo de la formación no me faltaron dificultades, pero siempre me esforcé por entregarme a mis Superioras y responder de la mejor manera.
El 5 de agosto de 1951, año de la canonización de Madre Mazzarello, hice mi Primera Profesión, el Señor me inundó de su amor y nuevamente le repetí mi sí para siempre. Tenía la certeza que de mí sí, el Señor quería una fidelidad sin fin.
A los dos años de Profesión, Madre Linda Lucotti me preguntó: ¿Tienes vocación misionera? Respondí: Madre, no lo había pensado, pero si me manda, me voy y con gusto, y ella me respondió que deseaba saber la voluntad del Señor, y me dijo: escribe a tus papás y pídeles permiso. A la vuelta de correo me respondió mi madre en nombre de los dos: sentimos mucho, pero si esa es la voluntad de Dios, puedes irte. La Madre me reconfirmó que esa era la voluntad de Dios y me dijo: prepárate y te irás este año. Efectivamente el 23 de agosto de 1953, destinada para Colombia, me embarqué en Génova con mucha nostalgia, pero con mucha alegría en el corazón. El viaje fue largo y fatigoso (18 días), pero al final me esperaba la Virgen, el día de la fiesta del Dulce nombre de María, 12 de septiembre.
Desembarqué en Cartagena, fui acogida con mucha alegría por Sor Bernarda Restrepo y la Comunidad. Continué mi viaje siempre bajo la guía de la Virgen y el 15 de septiembre, llegué a Medellín, allí me esperaba Sor Justina Mazzetti y la Hermana Maestra Ester Colombino. Llegué al Noviciado, La Ceja y experimenté un despertar nuevo por el idioma, el ambiente y por todo lo que me rodeaba, eran cosas que no comprendía mucho. Mientras aprendía el idioma, que no hablaba, pero lo entendía mucho, se iba cristalizando en mí las costumbres y los modos de ser de las personas; su bondad, sentía su cariño, todo eso me hacía decir siempre que estaba feliz.
La nostalgia no entorpeció mi camino, ni en el momento de dolor al perder a mi mamá a los 4 años de haber llegado a Colombia, y ni a mi papá, solo a los 20 meses después.
Mi espíritu se templó fuertemente en el dolor, pero seguí repitiendo al Señor que a Él me había consagrado y para siempre.
Desde entonces, mucho tiempo ha pasado, y a pesar de mis dificultades, de mi pecado, me he sentido siempre muy amada por el Señor y por las Hermanas y ahora puedo decir que vivo en la plenitud del amor”.
Su temple, audacia, dinamismo y laboriosidad la desplegó en varias casas como Ecónoma, Ropera, siendo parte de una comunidad formadora, como Asistente de Aspirantes y Novicias; Directora, Vicaria, Ropera; servicios comunitarios. Todos ellos marcados por el sello de una alegría, fidelidad y generoso sacrificio. Estuvo en las siguientes casas: Colegio María Auxiliadora, Medellín; Noviciado Sagrado Corazón de Jesús, La Ceja; Casa Taller María Auxiliadora, Medellín, Instituto Restrepo Echavarría, Andes; Juniorado María Auxiliadora, Bogotá; Casa San José, La Estrella; Casa Provincial, Medellín; Noviciado Sagrado Corazón, La Estrella; Escuela María Auxiliadora, Cartagena; Villa Mazzarello, El Retiro; Institución Educativa San Juan Bosco, Medellín; Casa Mamá Margarita, Medellín; Colegio María Auxiliadora, El Santuario; Villa Mornés, Medellín.

Desde el 2014 se encontraba en la Casa de Salud “Villa Mornés” como Vicaria y en el 2015, su salud empezó a declinar y sus fuerzas a fallar, hasta que, en las vísperas del primer domingo de Adviento, el Señor la llama por su nombre, la llama a caminar en su luz, y la invita gozosa a ir con Él a la casa de su Padre.

A la hermana Fiorina la recordaremos como una mujer que nos regaló siempre el testimonio de una vida intensa de trabajo y de servicio a la comunidad; una fiel y sacrificada FMA y una gran misionera que amó a nuestra Provincia. Cultivó una vida sacramental y mariana muy fuerte. Le agradecemos todo su servicio escondido, humilde y silencioso durante todos estos años.

Tenía 86 años de edad, 65 de Profesión Religiosa y 63 de ser misionera en Colombia. Es la última Hermana italiana que quedaba en la Provincia; a ella le encomendamos en estos 140 años de la primera expedición misionera a América, vocaciones intrépidas, audaces, valientes, perseverantes y con una gran capacidad de intuición, cercanía y familiaridad; discípulas misioneras de la misericordia del Padre; amor por los más pobres, fraternas, sencillas y fieles, que sepan tejer con hilos de sacrificio y abnegación, una vida entregada totalmente al Señor como lo hizo Sor Fiorina.

A ella, que contempla cara a cara el rostro de la Virgen Auxiliadora a quien tanto amó, le pedimos por el Instituto y todas las vocaciones misioneras.

Sor Nubia Rosa González Ramírez             
 Inspectora

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